para la madre y la novia,
para morir entre nietos,
con tu camisa de boda.
Cuando ibas a la ermita,
te quitabas el sombrero.
Y en la fiesta de la siega,
te regalaron un beso.
Pero comenzó la guerra.
Te quitaron el violín,
te vistieron de soldado
y te dieron un fusil.
Tu ángel se batió entonces
con el ángel de la muerte.
Te mató una bala azul
aunque eras transparente.
Y nadie rezó en tu oído.
Nadie conoce tu foso.
Toda la tierra es tu tumba
y todo el cielo tus ojos.
(de Menos la luna y yo, Jesús Cotta)
1 comentario:
Don Epifanio:
un poema muy sentido y emotivo.
¡Qué pena que tuviera que morir así!
Muy bonito.
25 neutonios antibelicosos.
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