Don Jeremías, es usted la primera persona en mi vida que me hace un poema haciendo esta asociación que yo llevo en mi corazón: la de tener Su nombre. Gracias, de corazón, de poeta a poeta.
En la luz se desmaya la caricia de miel, y el mismo sueño va tocando el laúd. La azul distancia se ha hecho beso y silencio. Nos abraza la noche. Jesús niño otra vez que sonríe, no hay manera, este chico nos va a salvar, qué cruz nos ha caído.
6 comentarios:
Don Epifanio:
mi padre me enseñó a tocar el laúd, pero hace siglos que no lo he vuelto a hacer.
Feliz Navidad.
25 neutonios lauderos.
Lleva el nombre del Señor,
don Jesús Cotta Lobato,
que humilde nació en Belén
hace más de dos mil años
Don Diego, ¡es usted una caja de sorpresas! Cuánto me gustaría ver a un amigo tocar el laúd. 25 neutonios láuticos
Don Jeremías, es usted la primera persona en mi vida que me hace un poema haciendo esta asociación que yo llevo en mi corazón: la de tener Su nombre. Gracias, de corazón, de poeta a poeta.
En la luz se desmaya
la caricia de miel, y el mismo sueño
va tocando el laúd.
La azul distancia
se ha hecho beso y silencio.
Nos abraza la noche.
Jesús niño
otra vez que sonríe,
no hay manera,
este chico nos va a salvar,
qué cruz nos ha caído.
Gracias, Benajamín, por tus versos. Menos mal que vino el Niño, y esa cruz que cae la vamos a levantar, para que todo el mundo la vea. ¡Feliz año!
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