miércoles, 22 de mayo de 2024

A ras del universo

He disfrutado mucho este segundo libro de poesía de Eduardo del Pino, editado por NÚMENOR, y ello porque “de la primera luz/ quedan rastros por todo el universo” y porque “En solitarias noches de altas fiebres/ es cuando me he sentido más amado”, y también por sus luciérnagas y sus playas y el rastro luminoso que el poeta encuentra en todas las cosas a pesar del desamparo en que nos encontramos. 

También por su lenguaje discreto con el que dice, sin embargo, cosas muy grandes que nos hablan del misterio y de la armonía cósmica que tiene en nuestro interior su latido más profundo. Pero sobre todo celebro este libro por el poema TRASLUCHAMOS, con ese final magistral, esa imagen fulgurante y, a la vez, enigmática de nuestro paso por la vida, de nuestra lucha contra el naufragio, de nuestra búsqueda de grandeza y de sentido en medio de la oscuridad. 

¡Trasluchamos ahora! –nos gritabas. 
Y todos en cubierta trepidábamos 
y con el cuerpo fuera de la borda 
nos dábamos al viento, al mar, al sol. 

Asíamos la escota como si los planetas 
dependieran en algo de nosotros.

 

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
ansias de infinito.
25 neutonios galácticos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Sí, don Diego. Muchas veces me pregunto si es una exageración cuando pienso que las ansias son de infinito, o sencillamente de una insatisfacción inevitable y que nos empuja a vivir. 25 neutonios cósmicos