domingo, 24 de noviembre de 2024

Jauría

Si cerramos los ojos y pronunciamos en voz alta una palabra y la contemplamos, ¡cuánto poder tiene, de qué modo tan contundente están en ella las cosas que dice! Pensemos por ejemplo en una jauría. Si aíslo la palabra, vemos a los perros en un páramo, aullando, sin dueño, cautivos de sus instintos; y varios quilómetros alrededor peligran todos los niños, todas las palomas. Una palabra es muy poderosa; ladran y muerden en ella todos los perros.

 

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
a veces ocurre lo que usted cuenta. La palabra se hace imagen y toma vida.
Otras veces, me pongo a pensar en una palabras y... es como si perdiese todo su sentido, como un ruido hueco.
25 neutonios llenos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

A mí me pasa algo parecido, don Diego: me ocurre que veo absurda la relación entre el sonido de la palabra y el concepto y, entonces, me ocurre que la palabra, por ejemplo, "cobre" me parece tan rara como si al cobre lo llamáramos tuturubiri. 25 neutonios extrañados