domingo, 27 de abril de 2025

Engolado y campanudo

Engolado y campanudo, qué buenas dos palabras. ¿A quién se le habrán ocurrido? Son tetrasílabas, como corresponde a la gente engolada y campanuda. Esa secuencia –gol- dicha con la boca redondeada es de gente muy engolada, y la U de campanUda, ¿no tiene un eco de gente que se cree muy importante? Los fonemas están cargados de fuerza expresiva porque no son sonidos accidentales que se nos han ocurrido, sino que son producidos por unos órganos cuya función exclusiva es hablar, y he aquí que esos órganos están el cuerpo de la única criatura de la tierra que sabe poner nombre a las cosas del universo. El universo entero, con su potencial sonoro y su forma de ser, está vibrando en ellos. Chispean las estrellas cada vez decimos su nombre.

 

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
¡me encantas sus reflexiones sobre las palabras!
La mayoría de ellas, si no todas, o, por lo menos, las importantes, suelen ser "onomatopeyas". Si se las mira bien, si se las escucha, si se reflexiona como usted, podemos hallar ese vínculo entre la palabra y el objeto.
Gracias.
25 neutonios onomatopéyicos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Diego, cuánto me agrada coincidir con usted en eso. Hemos exagerado tanto el carácter arbitrario del lenguaje articulado, que ya se nos ha olvidado el vínculo natural que hay entre la cosa y la palabra que la representa. 25 neutonios palabreros