jueves, 24 de julio de 2008

Las estrellas


Como a veces me paso varios pueblos, hoy voy a redimirme hablando de las estrellas.
Ha sido todo un detalle de Dios el darnos una atmósfera lo bastante transparente como para verlas titilar en su indiferente lejanía. La poesía y la religión tuvo que surgir seguramente cuando alguien vio las estrellas reflejadas en una fuente, tan al alcance de la mano y a la vez tan inalcanzables, o en unos ojos amados. Ver lo más lejano en lo más amado y cercano debe crear la sensación de que hay una correspondencia entre el universo y nosotros, que el universo está entero dentro de nosotros, que la verdad y Dios están en lo más íntimo de cada uno, aunque parezcan lejanos e incomprensibles.
Que las estrellas, esas aurigas de la noche, os acompañen, amigos, en estas noches de verano.

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