1. Lo mejor de Roma son sus iglesias y sus ruinas. Las iglesias son gratuitas; las ruinas, no.
2. Todos se ponen nerviosos cuando meten la mano en la Boca de la Verdad, aunque nunca muerde.
3. En la Capilla Sixtina no hagas fotos ni grites (además, no te dejan). Más bien, persígnate ante la Belleza.
4. En Roma hay curas de todos los colores. Abundan los curas jóvenes y guapos. Las mujeres los miran con el rabillo del ojo. Los hombres también.
5. Hacerle foto a todo es una manía muy tonta.
6. De todos los peregrinos, los polacos son los más devotos.
7. Bajo una pirámide se hizo enterrar Cayo Cestio hace dos mil años. Esa excentricidad aún sigue en pie.
8. En Roma hay más Lepanto que en la propia España.
9. Las cacas de perro son igual de feas en todos los sitios.
10. Los helados entran por los ojos y no defraudan al gusto. Muy importante: tarrina se dice copetta.
21 comentarios:
Y Roma tiene locos conductores y belleza histórica a mansalva. Si lanzaste la moneda a la Fontana de Trevi ya sabes que volverás...
Don EPIFANIO:
I giorni delle mie notte... a Roma. È una città molto bella anche molto putana.
Sí, Rubén, pero si has estado en Atenas, los conductores italianos parecen unos santos.
Sí, Dyhego, en Roma están las grandezas y miserias del hombre. Siempre han estado allí.
Dentro de oco voy yo para Roma, con alumnos en este caso. Ya contaré, ya. Un abrazo.
Octavio, esperamos tus impresiones romanas.
De visita en tu blog. Regresare a leerte. Mi saludo con infinito respeto.
Después de estos aforismos, y de ver la sombra de Octavio alargarse ya sobre la cúpula de San Pedro, no me queda sino rogarte, Jesús, que añadas esos versos que sin duda ya están germinando en tu interior, también con la esperanza de que eche Octavio, a la vuelta, su cuarto a espadas, y cuánto más que se cobija bajo nombre tan imperialmente itálico. (No quiero tampoco dejar de agradeceros a ambos vuestros comentarios, tan amables, a mis poemas últimos)
Buenos, y tantos recuerdos, que tus palabras traen a la mente.
Los helados geniales, y las cacas, por todas partes.
Un fuerte abrazo.
Las ruinas nunca son gratuitas, querido Jesús: el tiempo se las curra, y el tiempo es dinero. La impresión de tus aforismos es magnífica: enhorabuena
Roma, que leído al revés es Amor, qué ciudad. También algún día me animaré a escribir mis recuerdos romanos, yo que tengo el honor de llevar la ciudad en el apellido.
Don EPIFANIO:
No entiendo eso de que hay más Lepantos allí que aquí.
Per favore, une achiarazzione, signore Cotta, prego?
Gracias, Míriam. También me daré una vuelta por tu blog.
Benjamín, palabras de buen augurio. A ver si los echo. Ya están saliendo las yemas, pero no acaban de romper.
Javier, vi el elefantino y me acordé de ti. No le recé, porque no era plan.
Julio, no se me había ocurrido verlo así, pero tienes razón. La veteranía siempre ha sido un rango.
Juan Antonio, ahora que lo dices, tienes cara de patricio, así que tú mejor que nadie para hablarnos de Roma y, si no conoces al ancestro que te dio el apellido, a ver si le inventas una historia, un poeta de la época de Boscán o algo así.
Signore Giacomo, con quello di Lepanto volevo dire che in Roma ho visto piu commemorazioni artistiche della battagila di Lepanto da quelle che ho visto in tutta la Spagna. Io pensava che Lepanto era soltanto cognosciuta nel nostro paese, ma in Roma sono piu fieri da noi di quella gloriosa vittoria. Ai suoi piedi.
Iglesias, curas (jóvenes y guapos), hermosas ruinas, pirámides y copettas. Qué ganas de ver mundo, madre mía. A cambio... Roma en diez píldoras. Cosas de la red.
Seguro que has traído algún poema:-)
Un saludo, Jesús, desde Caesaraugusta.
Olga, Caesaragusta siempre me ha gustado. Tengo allí un amigo maño. Me alegra que te alegren estas diez pastillas. Que esa pequeña alegría te hagan olvidar nombres que se esconden tras las iniciales. Ex corde, Cotta
Signore Cotta:
Grazie tante per le vostre parole.
Non savevo questo.
¡Qué ganas tengo yo de ver Roma!, se me ponen los dientes largos. Mi hijo mayor (¡siete años!) también quiere ir a Roma, a ver romanos. Pero romanos de los del imperio, de las legiones romanas, centuriones, cuádrigas y gladiadores. Lo llevaremos al Coliseo, y que su imaginación haga el resto.
En el punto 1 añadiría varias cosas más, y no me refiero a sus orondos gatos, más bien a sus acogedoras calles.
Me salté el 3. Sí, sí fui a ver la Capilla Sixtina, pero grabé varios segundos.
El punto 7 me lo salté. Y esta vez es así... no la ví.
Completamente de acuerdo con los puntos 8 y 9. El 9, por mucho que extrañe, no tiene caracter artístico.
Doy fe en el punto 10. En cuanto a lo de copetta, digamos que yo señalaba la tarrina que quería.
¿Probaste los arancinos?, y ya puestos a preguntar ¿viste a Nadal?
Veo que lo pasaste de maravilla. Me alegro muchísimo. Siempre se te queda un regusto con unas ganas locas de volver.
Un abrazo.
Maite, tranquila, tu hijo verá centuriones. Son romanos de buen ver que se visten de centuriones en los alrededores del Coliseo y del Vaticano y se hacen fotos con los turistas.
Aguaó, ni vi a Nadal ni probé los arancinos. ¡Mecachis! Ya tengo razón para volver. Yo también señalaba la tarrina, hasta que pregunté cómo se decía. Gracias por el trago, aguaó.
No me había fijado yo en lo de los curas jóvenes y guapos; tendré que volver a comprobarlo con mis propios ojos. Algo así como aquella serie titulada "El pájaro espino" ¿no?
Total, que nos han entrado a todos unas ganas enormes de ir para allá.
Gracias mil.
Mery, si vuelves a Roma, no estaría mal que nos transmitieras tus impresiones.
=)
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