jueves, 14 de mayo de 2009

Pitillo y poesía

Mi primera calada la di en un curso de retiro espiritual. Tendría yo unos quince o dieciséis añitos. Entre charla espiritual y charla espiritual, nos daban tiempo para meditar y yo me fui a meditar con otros tres a la piscina. Uno sacó un pitillo y me inició. Y yo, que había sido de la liga antitabaco, di varias caladas (desde entonces nunca he dicho “De esta agua no beberé”).

Pasaron varios años sin caladas, pero aquella se me quedó en lo hondo y afloró a mis veinte años. Maldita calada.

En ese mismo curso, fui a charlar con el cura, que se llamaba don Simón. Don Simón, cuando se enteró de que me gustaba leer, sacó un libro de Antonio Machado y se puso a recitarme poemas. Recuerdo con nitidez su voz declamando “Tú venías con tu pena, hermano”. Él no se imagina la honda huella que dejaban en mí esas palabras en su voz que aún resuenan. Me sentí llamado a la belleza y desde entonces quedé herido de poesía viva. Gracias, don Simón.

20 comentarios:

maite mangas dijo...

Qué tremenda responsabilidad teneis los educadores sobre los chavales, tan vulnerables y tan influenciables, para los que en muchísimas ocasiones sois un modelo o alguien que cree en ellos.
Precioso homenaje a Don Simón.

Gerardo V. dijo...

Y que es así,tal y como lo cuentas, amigo Jesús. Lo que parece más insignificante para unos puede resultar revelador para otros. Por eso los maestros no debe ser un funcionario profesionalizado.El maestro, aún sin querer, transmite valores a su alumnado y contagia, aliña personalidades, fecuenda descubrimientos. El maestro tiene el afán de inocular venenos; el del conocimiento, el de la belleza.
Yo cuando escribo necesito un cigarrillo de vez en cuando.
Gerardo

Juanma dijo...

Si a mí me apasiona el lenguaje, que lo hace, sólo es porque tuve un maestro llamado D. José Pedro.
Creo que no fumaba, yo sí...

Un abrazo, querido Jesús.

Olga Bernad dijo...

Lo que te pasó a ti durante la meditación en la piscina, me pasó a mí en los descampados de mi barrio (suena fatal, pero es que de esos escondites para fumar lo que importa es la complicidad, los amiguetes o amiguetas, no tanto que haya piscina o descampado, creo:-) y lo que te pasó con Machado y tu profesor me pasó con Quevedo y mi profesor, con unos versos que cito muchas veces porque fueron importantes. Conté una experiencia similar aquí.

La primera vez con el tabaco y la poesía es tan importante o más que otras "primeras veces" mucho más explotadas por la tradición anecdotaria:-)

Un abrazo.

Dyhego dijo...

Hasta hace muy poco me he considerado un perfecto brutoburro para la poesía. Sólo existían para mí tres poemas. Cuando me sentía triste de morirme, me leía "Nocturno en Brooklyn" de F.G.Lorca. Si me sentía primaveral me leía "A un olmo viejo" de A. Machado. Y si me sentía enamorado "Amor constante más allá de la muerte" de Quevedo. Mi amigo Antonio Aguilar me inició hace tres años en la poesía y desde entonces la miro con otros ojos, pero con recelo, porque no sé distiguir la paja del trigo.
Mi primera calada a un cigarro fue con 13-14 años. Y ya empecé en serio en la facultad.
Ha habido profes que me han marcado.
1 neutonio.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Bueno, yo diría, bendita calada y benditos los versos de Simón, no de Cirene, sino de Retiro.

Simón de Retiro, ha dejado huella como a tantos nos dejaron otros.

Pero sabes contar muy bien las cosas.

Un fuerte abrazo.

Alejandro Muñoz dijo...

Leerte es siempre un placer.
Ya no fumo pero todavía recuerdo lo mal que sabe la primera calada.

Jesús Cotta Lobato dijo...

¡Ay Maite, ahora que lo dices me da miedo ser profesor!

Pues nada, Gerardo, a ver si enveneno a más de uno.

Juanma, un abrazo para don José Pedro allí donde esté.

Olga, ahora visitaré tu experiencia. Tienes razón en lo de la primera vez del tabaco. Podríamos escribir un libro sobre nuestra primera vez con el tabaco.

Dyhego, la buena poesía gusta con la edad, como el buen vino. Y los tres poemas que citas son un excelente trípode.

Javier: ahora que lo dices, el tabaco y la poesía me ayudan a llevar mi cruz.

Alejandro, cuánto envidio a los que ya no fuman. Un abrazo.

Juan Antonio González Romano dijo...

Las primedas caladas, los primeros versos: grabados para siempre en el alma.
Un abrazo.

Julio dijo...

Siempre hay personas, momentos, casualidades que nos marcan...En mi caso, fue mi viejo profesor de EGB, don Malaquías. Dese aquí mi homenaje y mis besos a ese hombre bueno.
En cuanto al tabaco, soy el hombre humo. Recuerdo que empecé fumando en pipa con las que nos hacíamos de caña en los Scouts.
Un abrazo, Jesús.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Juan Antonio, ¿cómo vamos a dejar de fumar si asociamos el tabaco a la poesía?

Julio, ya veo que en los scouts se aprendían tantas cosas como en los cursos de retiro. A ver si aprendo a hacer pipas con caña.

Alonso CM dijo...

Jesús, perdona, pero hoy estoy un poco petardo. Eso de "Uno sacó un pitillo y me inició" me ha hecho muchísima gracia.
Confieso que a mí el tabaco me ayuda a escribir y a leer.
Un saludo

P.D.: Yo me inicié o me iniciaron a los 9 años.

ReyVindiko dijo...

A mí, lo que me atrae del tabaco es la estética: las sugerentes volutas de humo, el calor de la llama, el aroma del tabaco recién prendido; pero eso se ve que no engancha. Empecé con El Señor de los anillos intentando emular con la pipa al señor de los anillos de humo, a Gandalf. Mas como al final podía más el mal sabor de boca del día siguiente, renuncié y sólo relleno la pipa cuando me siento muy bohemio, poético o estético, que no suele ser mucho, de año en año.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Miradmealmenos, no había caído yo en la cuenta del segundo sentido. Pero puestos a iniciar, mejor sin diminutivos.

Reyvindiko, sigue así con tu enganche estético. Es sano y bonito. Y ya me dirás de Chesterton. Y disfruta de las blandas plumas todo lo que puedas.

JESUS FIDELIS dijo...

"Tu me enseñaste a volar,
con alas de pajarillo
cuando no era más que un niño
con miedo a la libertad.

Te han robado el corazón
los chavales de la escuela,
ellos pasan, tu te quedas..."

El magisterio, cuantos son ahora lo que son, porque alguien les infuenció o les inspiró en su infancia.
Los maestros, trabajan con el material más preciado que existe en el mundo, los niños, los jóvenes, las personas.
Nada más grande, más emocionante que acudir a la retirada de alguno de esos maestros. Que han dedicado toda su vida a la educación, a los demás y a un ideario.
Precios recuerdo Jesús.
En cuanto al tabaco, a mi me pasó lo contrario, lo probé y me dejó tan mal sabor de boca que no lo he vuelto a probar en mi vida, y como además no es bueno para la salud y a la hora de correr y pedirle rendimiento a tu pulmones te limita, pues como que me alegro no tener ese vicio...otros tendré.

Alejandro dijo...

Hay un articulo del diario El País si la memoria no me engaña, de hace ya algunos años titulado “Yo fui esclavo del tabaco”, en la que Terenci Moix habla de su relación de amor y odio con el tabaco, adicción que lo llevaría a la muerte tres años después, y no he leído nada ni antes ni después de ese artículo que refleje mejor a un adicto a la nicotina, con todas sus trabas, miedos y esperanzas. Si logras encontrarlo en la red no dejes de leerlo.
Tabaco y poesía, como en todo Jesús, la habilidad del artesano no será la misma sin tabaco, como no lo será la concentración del contador, somos diferentes al resto, lo que no significa que no podamos cambiar, la adicción al tabaco es perfectamente reversible y te lo estas cuestionando, y eso es bueno, eso es el comienzo, suerte, un abrazo

Jesús Cotta Lobato dijo...

Tocayo, en verdad te puedes considerar afortunado de estar libre de ese lastre de la nicotina. Y ahora que lo dices, qué responsabilidad la mía como profesor.

Alejandro, voy a buscar ese artículo. El caso de Terenci Moix me impresionó vivamente. Sigo siendo un fumador atormentado que quiere dejar de serlo. Un abrazo.

Rosna dijo...

Que bello arte tienen ustedes los poetas ,superan las palabras su campo de recepción pertenece a las dimensiones superiores en las cuales vibra con gran intensidad , el Alma en su parte más sutil .y para nos llegue y alimente sólo adviene del corazón puro de ustedes los poetas .
Feliz poesía ... y fin de semana .
Yuriko

Gemma dijo...

Herida... eso es... Estos días le doy vueltas a que sería mejor no ser poeta que serlo. Medito sobre cómo quitarse de encima la rima... ¡y la herida!

Me cuesta trabajo creer que se pueda salir en la foto sonriendo después de que uno sienta que le escuecen los versos...

Ya no me acuerdo de cómo encontré tu blog... Qué va, no me quiero acordar...

Saludos, compañero

Jesús Cotta Lobato dijo...

Querida Jueves: a veces yo también pienso que ser poeta es una maldición, una herida, como la defines. Pero esa herida te hace grande a pesar de la fragilidad. Perdona que sonría en la foto: el blog me lo hizo por sorpresa un amigo y colgó esa foto. Si escribo, es precisamente para conjurar la muerte y la tristeza. Por eso prefiero que la foto siga sonriendo. Ojalá la sonrisa que intento colocar en cada entrada te alivie un poco esa herida. Ex corde, Jesús Cotta.