Mi colega de bitácoras y admirado poeta José María Jurado ha reseñado mi libro A merced de los pájaros. Aquí. Gracias ab imo pectore.
Es la primera reseña que me hacen y me doy cuenta de que los pájaros ya no son míos, sino de aquel que se siente a escucharlos.
P0r lo demás, hoy estoy un poco sombrío: no dejo de pensar en cómo fueron los últimos momentos de Federico García Lorca, si imploró con lágrimas o se las tragó al final con orgullo, si desesperó o si rezó, si sus verdugos se ensañaron con él o se limitaron a obedecer órdenes ejecutándolo.
15 comentarios:
Sobre los últimos instantes de Lorca (¿por qué Lorca, y no un cualquiera?) no sé si has visto ya la película Katyn, muy ilustrativa.
Un cordial saludo.
Veré Katyn, no te quepa duda. Pero digo Lorca y no otros porque, por ejemplo, de Muñoz Seca y Maeztu conocemos los últimos momentos, pero de Lorca no. Y además es un poeta que me encanta.
La poesía de Lorca, la poesía en general, está por encima de las personas.
Lo entiendo así. La Lírica es lo más grande, y cuando se hace y se crea, ya no importa quién es su autor, permanece en los lectores, en el universo, como los que fueron tus pájaros.
Yo en tu caso estaría feliz, muy feliz, Lorca escribió algo muy grande, y lo dejó. Su persona, ¿quién fue?. Nada importa, sólo su poesía, su obra.
Sí, Javier. Su poesía me hace muy feliz, pero ella me lleva sin yo querer a su persona. Un abrazo muy fuerte.
Estoy contenta con tu reseña, Jesús, y se ve que tú también;-) Ahora que los pájaros vuelan solos, vendrán muchas más cuando vayan anidando cerca de lectores que ni siquiera conoces.
En cuanto a Lorca, yo también pienso en él a veces. Estoy de acuerdo con Javier, importa la poesía. Pero la poesía tiene que escribirla alguien y a él le cercenaron la posibilidad. Como en otros casos, mataron al hombre y, con ello, a su obra posible y futura. Pero lo que queda seguirá siendo patrimonio de todos los que hablamos y pensamos en esta curiosa lengua, también de los que le odiaron.
Un beso y enhorabuena.
Mi querida Olga, sí, estoy contento. En cuanto a Federico, pienso especialmente en él porque sé que era un hombre hecho para el amor y el verso, no para la política y la guerra, y aquel odio, aquella muerte en la oscuridad, debió ser algo demasiado incomprensible para él.
He llegado aquí a través de su blog colocado en Más cuentos para sonreir, recién cocinado. Su relato me ha gustado mucho, Justicia biológica. Yo soy una loca de la lectura y la escritura ( tb música, fotografía, viajes y muchos etcs,...) y tb estoy en el librito de Hipálage por segunda vez, cosa que me encanta pues la letra impresa me emociona. Me gusta mucho su blog pero no llego a entender cómo consigue escribir tanto !!!! Ah, muy bueno ser profesor de griego y de filosofía, no creo que la especie se extinga por más que lo intenten...Bien, lo dejo pq soy insoportablemente locuaz. Saludos cordiales, anagun
Anagun, bienvenida. Me alegro de compartir cartel contigo en un librito de Hipálage. Como es un libro optimista, ayudaremos a la gente a vivir, no a suicidarse. Sí, los profesores de filosofía que hemos estudiado griego somos bichos malos que nunca mueren. Un beso y bienvenida.
Desde luego la reseña es para estar contento.
Se te van los pájaros, se te van, y queda el poeta. Y queda la poesía.
Sí, Lolo, esos pájaros ya son de otros. Para bien o para mal, se han confundido ahora con miles y miles de otros pájaros de poetas. Siempre habrá alguno que se fije en ellos, aunque sea de siglo en siglo. Y el poeta sigue aquí. Os seguirá dando guerra.
Amigo Jesús, he leído tu libro, que me ha llegado ya gentileza de Javier, y me ha encantado esa unión de lo viril, amatorio, místico y natural. Así en el libro commo en la vida, por lo que puedo leer en el blog de José María Jurado que enlazas. Así que mi enhorabuena y mis gracias por tus versos. Y a la espera quedamos de los próximos (más libres acaso, pero espero que no menos trabajados, antes al contrario).
Un abrazo.
Octavio, gracias, me llegas al corazón.
Espero por tu bien que tu pájaro sí siga siendo tuyo.
Un abrazo, Jesús.
Don EPIFANIO:
No se me ocurre qué decir.
1 neutonio.
Julio, por ahora sí, aunque a veces hace lo que le da la gana.
Don Dyhego, recibido el neutonio.
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