miércoles, 16 de diciembre de 2009

Palabrotas

Tengo en serio problema con las palabrotas: a veces se me escapan en los lugares menos idóneos. El otro día, sin ir más lejos, solté en clase eso de "ni p... idea". Instintivamente me llevé la mano a la boca, cuando ya era tarde, cuando ya el terrible bisílabo sobrevolaba las cabezas de mis alumnos como una arpía. Los alumnos, cuando me ven lamentarlo tanto, son muy apañados y le quitan hierro al asunto. No entienden que yo le dé tanta importancia a que se me escape un taco. Pero para mí es tan vergonzoso como si se me escapara por la boca de atrás una cosa que huele mal. Ellos me sugirieron que la próxima vez dijera "ni puñetera idea", porque es una expresión igualmente contundente, pero no malsonante. ¡Todos unos estilistas mis alumnos!

Mis hijas tampoco entienden que su padre diga palabrotas. No es que las diga mucho, pero, especialmente, cuando charlo por teléfono con los amigos, los j... y los c... me salen a diestro y siniestro. Ellas me miran alucinadas, como diciendo: "Este no puede ser mi padre".

A mí me encantaba eso que decía Heráclito (¿o era Empédocles?): "No hagáis caso a mí, sino a mis palabras". Pero no puedo aconsejar a mis hijas esa máxima si digo palabrotas. Así que les digo: "En esto del fumar y de decir palabrotas, no imitéis a vuestro padre". Se me abren las carnes de imaginar que mis hijas puedan hacer alguna de esas dos cosas.

10 comentarios:

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
¡No digas palabrhóstias!
1 neutonio.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

¡Qué arte maestro!

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, no se precipote usted, que le coñozco.

Javier, ¡ya quisiera yo tener el arte de los maestros!

mangeles dijo...

Pues yo digo muchos tacos. Especialmente si estoy cabreada. Y a mi me parecen parte del idioma y absolutamente precisas para entenderse con claridad.

Utilizadas con asiduidad pierden toda su efectividad, pero dichas en el momento justo, son geniales...

Delirle un "gilipollas" a un gilipollas, en el momento oportuno, y justo...es...un absoluto placer.

Ahh...y si no quieres que las chicas fumen...ya sabes...¡a dejar el vicio¡...

Un beso.

lolo dijo...

A mí me gusta decir mierda.
Y bueno, no quería dejar pasar la oportunidad. Luego ya vocalizo donde convenga. Pero escrito queda.

elpiyayo dijo...

Tu no dices palabrotas, tu dices palabras fuera de lugar, las palabrotas se dicen bien alto y nunca se tapa la boca uno, eso es mejor que arrearle un puñetazo a un estupido, la palabrota es el sustituto del cabezzso contra la esquina de una columna de hormigón. Pero C....o nunca las digas delante de tus hijas , ¡alma bendita¡, espera a que tengan mayoria de edad, es decir, a que tengan 16 años.¡Ozú¡

Anónimo dijo...

Se me olvidó, hablando en fino, cuando uno tiene un varicoceler, es dificil decir ¡tengo dolor de testiculos¡, es mejor decir, me parece que me están pisando un "güebo" con una bota vaquera. ¿o nO'. eso no es una palabrota, eso es plasmar el dolor.
Yo soy el anonimito

Las hojas del roble dijo...

Las palabras no son sucias; lo son las mentes. Una palabrota que salga de una persona como tú no tiene importancia, amigo, no me toques los cojones...

Juanma dijo...

Pues yo debo reconocer que tiendo a ser palabrotero. Y no sé, la verdad, hasta qué punto me importará que lo haga mi hijo (en fin, es pequeñito aún y, aunque habla mejor que yo, todavía no dice palabrotas).

Pero no sé, Jesús, no sé...

Un fuerte abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Mangeles, tal como lo explicas, sí que libera un taco. En cuanto al vicio, estoy intentándolo.

Lolo, a mí no es que me guste decirlo, sino es que me sale.

Piyayo, lo intentaré. Pero nadie es perfecto.

Anónimo, y cuando uno está en plan cachondillo y tal, la verdad es que uno no habla de pene y testículos, sino de, en fin, de eso otro.

Hojas del Roble, me has convencido. En realidad lo que lamento no es decirlas, sino decirlas donde no conviene.

Juanma, yo creo que es mejor que las diga tu hijo cuando sea ya púber, ¡antes no!