Cuando yo era niño, tenía muchas ganas de probar las setas, que en mi tierra no se estilaban demasiado. Lo primero que probé fueron los champiñones y me supieron exactamente a lo que me había imaginado. Me gustaron más por haber acertado de antemano su sabor que por su sabor mismo.
La única nueva experiencia que no me ha sorprendido han sido ellos, los champiñones. Las demás me han dejado literalmente atónito.
Entre ellas hoy quiero recordar la de la nieve.
A doña Nieves la conocí en Sierra Nevada, con once o doce años. Y cada vez que la veo, renace en mí el prepúber que disfrutó con ella como un enano aquel día. Mientras que otros niños iban con sus equipos de esquí, mis amigos y yo nos agenciamos un plástico y, ¡hala!, a deslizarnos pendiente abajo. Valía la pena acabar con las posaderitas desolladas. Y seguramente no me lo habría pasado mejor si me hubiese gastado un pastón en un apartamento, en unas gafas de sol, en un equipo de esquí....
¿Dónde se me fue ese niño capaz de disfrutar con cualquier cosa porque tenía la alegría dentro?
Ay, Rosebud, Rosebud.
8 comentarios:
Don EPIFANIO:
¿Andandará?
1 neutonio níveo
Tener la alegría dentro es el mayor regalo. No sé si es cosa de la infancia. Pero yo sigo buscando.
Dyhego, ¡magnífico José Mota! Un neutonio con granizada.
Lolo, creo que volver a ser como niños nos puede ayudar a encontrarla, pero el simple hecho de buscarla es señal de que no se ha perdido.
Hay que buscar en el disco duro, debajo de tanta moral, responsabilidad, estudio, trabajo, familia, madurez, letreros, candados y rejas, seguro lo encuentras
Tu comentario me ha hace recordar esa frase tan "manía" :"esto sabe a mierda", como si la mierda fuera plato habitual,bueno, para algunos creo que si, pero .....
A proposito de las frase y de la mierda.
"Cuando la mierda se "espatarra"encima tuyo, todo lo que hagas es para nada"
Hoy me acuerdo de mi poeta favorito , Miguel Hernadez, el "umbrio por la pena casi bruno.." si cambias pena por mierda, es lo mismo o peor.
Qué curioso, me había imaginado que ibas a contar otra cosa al leer "setas" y "nuevas experiencias". Ya te imaginaba bajo los efectos de algún hongo alucinógeno...
Jaime Marlow, no había caído en la cuenta de que el título se prestaba a eso. El día en que en el blog me ponga a profetizar o delirar es que habré probado nuevas setas.
Alejandro, cuando me lo paso bien, es porque el niño se ha apoderado de mí a pesar de estar sepultado por tanta adultez. ¡No hay quien pueda con él!
Anónimo, supongo que cuando la gente dice que algo sabe a mierda, lo dice no porque la haya probado, sino porque debe tener un olor similar. Y no mezcles a Miguel Hernández en esto.
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