miércoles, 27 de octubre de 2010

Post coitum, triste

Durante la fusión erótica, durante esa inminencia de lo grande, en la cima del mundo, el amante adquiere las proporciones y la belleza de todo el universo y anhela convertir en sí mismo al amado.

Para los que no conocemos el éxtasis místico, no hay en esta vida ninguna plenitud mayor que esa incandescencia sublime, esa poesía rotunda de los miembros, ese espectáculo de luz y de sonido, ese anticipo del paraíso.

Y al final, tras la explosión de las estrellas, cuando creía que iba a tocar el firmamento, el amante es arrojado a la arena fría del desierto como un meteoro oscuro que antes era fuego y ahora sólo humea. Post coitum, triste, que decían los clásicos. Una vez que la naturaleza nos ha usado para sus propósitos, nos abandona como una muda de serpiente.

Y sólo el amor nos salva de esa tristeza y la convierte en gratitud, asombro y sosiego.

15 comentarios:

Fernando Moral dijo...

Plas, plas, plas. Qué primer párrafo, qué imágenes. Una entrada de antología, Jesús.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

El final es eterno, mientras dura.

José Miguel Ridao dijo...

Lo malo es que no dura... dura, como me dijeron una vez por décimas.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Fernando, aplausos para el amor, que es el que nos hace decir esas cosas. Un abrazo.

Javier, la eternidad debe ser eso, esos instantes de plenitud, pero durando siempre. Un abrazo.

José Miguel, el que te dijo eso estaba inspirado. Pero, bueno, con la edad uno aprende a que dure casi cuanto uno quiera. Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

¿Cómoooooor? Creo que me he perdido algo. No es que yo sea un picharápida, pero de ahí a durar... dura... lo que quieras... ¡Escribe un manual!

Un abrazo admirado.

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
Ni tristezas ni leches: se queda durmiendo uno como un bendito.
10 neutonios.

lolo dijo...

No creo que sea un texto erótico, sino místico. Sin embargo, es una entrada antológica, para volver a leer cuando seamos viejos.

En cuento al título, Cotta, no lo reconozco como clásico.

Jesús Cotta Lobato dijo...

José Miguel, esto exige una cerveza de por medio.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, eso también. Yo creo que, cuando los romanos dijeron esto, no se referían a una tristeza interior, sino al desinflamiento repentino. Diez neutonios.

Lolo, ojalá lleguemos a viejos y a poder releer. Y este aforismo de Post coitum, triste, es un viejo aforismo romano, aunque no es de los más conocidos.

eres_mi_cruz dijo...

es que son tan grandes los anhelos que...
a lo mejor si uno sólo pretende un polvillo rápido...

me imagino inmerso en esa triste, post coitum...
y de repente las palabras de tu amada:
¿has echado los papeles de Hacienda? ¿a qué esperas?...

ReyVindiko dijo...

La fulgurante inercia final hace fugaces las estrellas. Pero cuando es uno el que es fugaz, es cierto que entristece. Supongo que será una defensa de la naturaleza, porque si pudiese prolongarse nos daría todo igual y nada en la vida nos haría dejarlo. Recuerdo no sé que mala película de ciencia ficción en la que alguien inventaba una grabadora-reproductora de sensaciones (que además no tenían por qué ser tuyas) y había un tipo que se quedaba enganchado en un orgasmo ajeno en plan lobotomizado irrecuperable. No sé.

Las hojas del roble dijo...

Nunca se hablo mejor de la TRISTITIA POST COITUM, Cotta (uy, que por poco me sale una figurilla retórica)
Abrazo, maestro

Las hojas del roble dijo...

Perdón por la tilde omisa: no pega en su blog. TRISTITIA POST TILDEM

Blimunda dijo...

Esta entrada es una maravilla.
Me quedo en especial con la frase final pero quisiera hacer notar que yo veo esa tristeza como diluida(no sé en que proporciones, dependerá quizás de la persona) paradógicamente con la alegría que segundos antes había sido tan, tan intensa y despues deviene en esa mansedumbre que tú tan bien nos has descrito.

Gracias Jesús.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Eresmicruz, también el rapidillo tiene su aquel. Y la pregunta de Hacienda tiene el encanto de la confianza, pero si uno la quiere evitar, tiene que ponerse romántico y amoroso después de. Un apretón en el antebrazo.

Reyvindiko, el hecho de que te hayas preguntado si compensa o no vivir en el orgasmo de otro es señal de que te gustan mucho los orgasmos, es decir, es muy buena señal. Unas horitas está bien, pero no todo va a ser follar. Un abrazo.

Hojas, quizá es que tú y yo sentimos exactamente lo mismo post coitum. Llegamos tan alto tan alto y luego, hala, no damos a la caza alcance. Un abrazo.

Blimunda, sí, diluida con la alegría, pero cuando los clásicos dijeron tristeza, creo que se referían, y así lo entiendo yo, al hecho de que parecía en el momento de la cumbre que iban a alcanzar la plenitud para siempre y luego no, volvían a la realidad. Un beso.