Posibilidad A:
Soñé que éramos cazadores de estrellas. Incluso teníamos un nombre: lumbreles (supongo que el nombre será una mezcla de lumbre y lebrel).
Lanzábamos la red al cielo y la recogíamos cargadas de estrellas. Eran como rescoldos azules, rojos, verdes, anaranjados, y se encendían aún más si soplábamos sobre ellas. A algunas le salían llamas que se quedaban nadando en el aire como peces en el agua.
Entonces cargábamos las alforjas de nuestros pegasos y subíamos a las montañas. Allí nos aguardaba el Ave Fénix. Llevábamos las estrellas a su nido y en ellas ardíael incienso con que el Ave lo había ido adornando. En medio de ese perfume el Ave se convertía en fuego y se elevaba y sus alas eran inmensas auroras boreales desplegadas.
El nido se había convertido en ceniza. Y en ella nos tumbamos y nos echamos a dormir. Y desperté.
Posibilidad B:
Soñé que tenía que conducir por la ciudad una furgoneta enorme que no cabía en ninguna calle ni en ningún aparcamiento. Y cuando quería frenar, sin querer aceleraba. Para colmo llovía a cántaros y el limpiaparabrisas se había estropeado. Y así me he pasado casi toda la puñetera noche.
8 comentarios:
Don Epifanio:
¡Ojalá haya tenido usted el primer sueño!
25 neutonios fénix.
Intuyo que el segundo..., es septiembre.
Dyhego, ojalá hubiera sido así. Pero no pierdo la esperanza de que usted sueñe algo parecido y tenga la amabilidad de incluirme.
Granito, ¿por qué ocurrirá todo eso en septiembre? Reciba mi admiración por su intuición.
Supongo que porque en septiembre todo se reinicia, las responsabilidades, el trabajo, e incluso los blogs de bloggers muy autodisciplinados, esos en que la inercia obliga a acelerar, por mucho que se quiera frenar en realidad.
Y sobre todo, mi intuición (esa mezcla de experiencia subconsciente y lógica consciente que surge a partir de los 40 y siempre hay que escuchar) me decía que el segundo sueño es mucho más verosímil.
Un abrazo.
Con un blog que se llama "los días de mis noches", estaba claro que el segundo.
Aunque nunca se sabe....
Paco, acertó usted. Además, mis sueños no suelen ser tan poéticos como el primero. Un abrazo.
Creo que septiembre es un mes precioso. Entre otras cosas para poner en marcha nuevos retos. Y las autoescuelas están deseando recibir nuevos alumnos.
Me alegro de reencontrar tu blog, otra de las buenas cosas que tiene septiembre.
Lolo, tú eres otro aliciente de septiembre para mí. Y la verdad es que llevo todo el verano dándole vueltas a la idea de sacarme por fin el permiso de conducir.
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