Anoche soñé que una secta satánica me secuestró para que el demonio entrara en mí. Pero el demonio solo podía acceder si yo le abría voluntariamente la puerta. Y yo la tenía bien cerrada. Entonces pusieron ante mis ojos a uno de los míos atado de pies y manos y me amenazaron con matarlo si yo ofrecía resistencia al Maligno.
Obligado a elegir entre salvar el bien cediendo al mal o salvarme del mal a costa de un bien, decidí entonces fingir que había dicho en mi fuero interno que sí a Satanás. Y los satanistas, desconfiados, llamaron a hombres que, más que endemoniados, eran cuerpos dirigidos por demonios.
Estos, tras escrutarme con sus ojos astutos y fríos, dieron su visto bueno, porque yo me convulsionaba, echaba espumarajos, hablaba con voz bronca lenguas extrañas. Sonreían complacidos y deformes, porque se habían reconocido en el infierno de odio y desesperación que por dentro me carcomía. Y entonces me dio por pensar que ellos me habían dado su visto bueno no porque yo desempeñara muy bien el papel de poseso, sino porque realmente estaba poseído y que la mayor prueba de ello era el odio con que de pronto miraba al ser querido que yo había conseguido salvar, porque por su culpa se estaba enseñoreando de todas mis neuronas una bestia más grande que yo..
Y entonces clamé a Dios y le dije: "¿Cómo has permitido que entre en mí el diablo si yo no le dije que sí?". Y tanto grité, que me desperté con mis propios gritos. Recorrí la casa en silencio y sentí que cada una de las personas que amo estaba protegida por un ángel alto y fuerte. Me dormí de nuevo rogando al mío que jamás permitiese que yo por flaqueza, estupidez o maldad tontease lo más mínimo con ese horror vivo que me rondaba.
Espero de veras, ruego, imploro que ese odio viviente nada pueda hacer con un corazón donde solo tenga cabida el Amor.
7 comentarios:
Don Epifanio:
¡Menos mal que los sueños, sueños son!
Pero yo creo que el mal no viene de fuera, sino que está ya dentro de cada uno ¿no?
25 neutonios oníricos.
Hola Jesús, te saludo después del descanso veraniego. Yo lo que te aconsejo s que no veas pelis de terror antes de acostarte, jajaja. En serio, he leído que las pelis de terror dañan nuestra salud psíquica. Y los sueños recrean nuesros temores más profundos, mañan prueba a soñar con nuebes blancas y pradera floreadas.
Don Dyhego, ¡menos mal que el bien está también dentro de uno! 25 neutonios liberados.
Amparo, la verdad es que las pelis de terror que he visto en mi vida me han impresionado mucho. Siguiendo tu consejo, no veré más. Un beso y me alegro de saludarte.
Querido Jesús:
Mi madre, que el domingo cumple ochenta y cinco años, siempre ha sido muy aficionada a las películas de vampiros y con frecuencia sueña con ellos. Para librarse de ellos tiene un recurso infalible: le hace burla sacándole la lengua y el vampiro huye despavorido ( generalmente sueña con Drácula porque ella no se conforma con menos que un Conde).
Al demonio no hay que tomárselo a broma porque tiene poder, pero no puede hacernos más daño que el que le permitamos nosotros. Lo que no soporta es que lo despreciemos burlándonos de él sabedores de cuán alto Guardián tenemos. Dulces sueños.
Querido Vicente: tu madre es toda una señora y es lógico que solo se atrevan con ella de condes para arriba. Y además su manera de librarse de ellas es magnífica.
En ese Alto Guardián tengo yo mi fe, pero creo que lo que me aterraba en el sueño era la posibilidad de que Dios permitiera que sea poseída por el diablo una persona que no lo ha llamado. Un abrazo y que descanses.
Vi en un blog amigo tuyo un partido de fútbol con dos porterías: la del cielo cuyo portero era el demonio y la del infierno cuyo portero era el ángel de la guarda. Me hizo gracia y la imprimí para mi hijo. Pero este post tuyo... Madre del Amor, Cota!!
Lolo, me quedo con la viñeta de las porterías. Es inteligente y graciosa. Mi sueño solo es angustioso.
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