Decían los griegos que el amor es un dios, y los cristianos dicen que Dios es Amor. Y este poema dice, según yo lo entiendo, que el amor es lo único que queda cuando nada queda y lo único que salva cuando todo condena. Por eso me gusta tanto y os lo mando en un moisés por el Nilo de Internet, porque, aunque llevo a mis espaldas una buena carga de dudas, de una cosa estoy seguro: si algo es la verdad, es el amor y, si algo es Dios, es Amor.
MOISÉS
Dame la mano. Hay que cruzar el río
para llegar al otro lado, y siento
que las fuerzas me faltan. Cógeme
como si fuera un bulto abandonado
en un cesto de mimbre que se mueve
y que llora a las luces del crepúsculo.
Cruza el río conmigo. Aunque sus aguas
no replieguen su cauce ante nosotros
esta vez. Aunque Dios no nos asista
y una nube de flechas acribille
nuestras espaldas. Aunque no haya río.
(Cuaderno de vacaciones, de Luis Alberto de Cuenca)
4 comentarios:
Yo veo en el poema la necesidad de compañía.
25 neutonios fluviales, don Epifanio.
Muy bien parido.
Diego, sí, yo también, pero creo que la sostiene el amor. 25 neutonios egipcios
Jordim, reciba usted mi saludo.
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