La soleá es una estrofa sencilla y contundente. Las de hoy son también un poco amargas, pero buenas.
-Será otro día mañana
si no me quito de en medio
y si a mí me da la gana.
-Aunque esté lejos del puerto
veré a los barcos venir,
que al mar lo llevo por dentro.
-Empieza a darme lo mismo
que la muerte me separe
o que me junte conmigo.
-Averigua quién te dio
esas ganas de morirte.
Ha tenido que ser Dios.
Ha tenido que ser Dios
un día que estaba triste.
No tiene otra explicación.
Manuel Alcántara
6 comentarios:
Don Epifanio:
seguro que con la llegada de la primavera, se borran todas las ganas de morir.
25 neutonios primaverales.
Desde que nacemos empezamos a morir que paradoja no . Morir conscientemente es bello . Dios , el universo , la naturaleza en el momento menos pensado salir del envase que llamamos cuerpo , y alcanzar la paz es glorioso .
Siempre nos sorprende con poemas lleno de vida
Un abrazo luminoso aquí y ahora
Don Dyhego, creo que a usted y a mí no nos hace falta la primavera para amar la vida. La amaríamos aunque siempre fuera invierno. 25 neutonios primaverales
Rosna, esa es mi esperanza, la que usted cita con tanto acierto, morir conscientemente y alcanzar la paz. Que así sea para usted y para mí.
Precioso poema
y que siempre tengas ganas de vivir
un beso y una sonrisa
Gracias, María José, por las dos cosas. Esas cosas y la poesía me dan muchas ganas de vivir. Ex corde, Jesús Cotta
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