sábado, 2 de enero de 2021

Diez apuntes sobre la eutanasia

Os enlazo aquí el artículo que me han publicado en Posmodernia, titulado "Aforismos de la eutanasia" (aunque mejor debiera haber dicho "diez apuntes", porque no son propiamente aforismos).

Muchos partidarios de la eutanasia, cuando piensan en ella, se imaginan un escenario como el de Ramón Sampedro en Mar adentro, donde un hombre en sus cabales y con toda serenidad solicita, con una decisión muy madurada, la muerte, ya que él no puede procurársela él solo. (Cristina Losada desmonta en este artículo ese escenario). Y entonces la gente da por hecho que, si yo quiero morir, ya no es un acto inmoral matarme. Entonces ¿matar a otro es malo solo si el otro no quiere que lo maten? ¿No es un acto malo en sí mismo? ¿Y si la eutanasia la pide un preso que no quiere vivir veinte años prisionero? ¿Debemos también matarlo, puesto que él lo pide? ¿La vida humana es valiosa en sí misma, o su valor depende del juicio individual? ¿Se puede decirlo mismo de la esclavitud, de la violación, de la mutilación, etc? Si una persona quiere mutilarse las piernas porque se autopercibe sin piernas, ¿debe permitir el Estado que haya médicos dispuestos a hacerlo?

La eutanasia es indicio de una enfermedad más grave y más honda: el relativismo moral que acaba convirtiendo al hombre en víctima del hombre. Un triunfo más de la ley del más fuerte.

Os enlazo también este estupendo artículo de mi amigo Antonio Barnés, del que destaco esta idea: no existe el derecho al suicidio porque no existe el deber de matar a un inocente. Aquí.

17 comentarios:

Inmaculada Moreno dijo...

Querido amigo, lo omparto en guasap con tu autoría, por su pusto.
Un abrazo y feliz año.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Un placer compartirlo contigo, Inmaculada. ¡Feliz día de Reyes!

Anónimo dijo...

Como se ve, hay otras opiniones:
https://elpais.com/opinion/2021-01-02/el-derecho-a-morir.html

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
la verdad es que no me he leído la ley, pero es de suponer que no obliga a nadie a morir. Es el paciente el que dispone que no le prolonguen artificialmente la vida o que le suministren el combinado que no alargue su sufrimiento. En cualquier caso el paciente siempre puede desdecirse y revocar su decisión.
Cuando un animal sufre demasiado y no se va a curar, se lo sacrifica para evitarle el dolor. ¿A una persona se la debe condenar a sufrir y a sufrir? ¿Es mejor tener a un familiar hecho un vegetal día tras día, año tras año, cuando esa persona lo ha pedido explícitamente?
Este tema da para muchos ejemplos y casuística, desde luego, pero no se obliga a nadie a pedir la eutanasia.

25 neutonios largamente vivos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Diego, la ley de la eutanasia no es para no alargar el sufrimiento (para eso ya están los cuidados paliativos) sino para matar al que así lo solicita. Si existe el supuesto derecho a que te maten cuando lo pides existe el deber de matar al que lo pide, porque en eso consiste un derecho: en que conlleva un deber en los demás. Por tanto, don Diego, si existe el derecho a morir, existe el deber de matar. Que todo sea voluntario no lo hace menos grave. Los enemigos del suicido asistido no amamos el dolor, sino que odiamos el homicidio. 25 neutonios sin inyección letal

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
anoche, nada más escribir mi comentario, me fui a internet y leí la ley de eutanasia de cabo a rabo.
La ley no obliga a nadie a solicitar la eutanasia, permite la objeción de conciencia a médicos y demás sanitarios, prohíbe la eutanasia pasiva, exige que la persona que la pida esté en sus cabales (igual que cuando se hace testamento), tiene que solicitarlo dos veces en un plazo de quince días como mínimo, habrá leído el informe médico correspondiente a su enfermedad, siempre puede revocar su decisión, se tendrá en cuenta las decisiones anteriores de la persona implicada (testamento vital o cualquier documento firmado), se circunscribe a casos de enfermedad terminal o paralizante, se hará saber al interesado todas las opciones médicas que haya (paliativos, etc), no se menciona en ningún caso a personas con discapacidad psíquica o mental. Creo que es una ley garantista que se basa en la decisión del interesado, no de sus allegados.
Llamar a la eutanasia "matar" o "suicidio" es utilizar el significado de esas palabras de forma sesgada y capciosa.
También he leído los dos enlaces que señala usted (el suyo ya lo había leído anteriormente).
El de la señora me parece alarmista y sensacionalista. Da la sensación de que los médicos estuviesen afilando los bisturíes para matar a diestra y siniestra.
El del señor me parece también muy exagerado: ilegal, totalitarismo, falsa compasión.

En fin, que no nos veamos en esa tesitura.

25 neutonios saludables.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Diego, por más garantista que fuese una ley permitiendo la esclavitud voluntaria o la ablación voluntaria, por más en sus cabales que diga estar el que la solicite, me parece una aberración que el estado la permita. Y no hay que maquillar las palabras: poner una inyección letal es matar. No tiene otro nombre. Por otra parte, si existe un supuesto derecho a que me maten si lo pido, existe un supuesto deber de matar si nos lo piden, porque en eso consiste mi derecho: en tu deber. En todo esto, pues, estoy en desacuerdo con usted: yo creo que matar es malo siempre; la maldad de esa acción no depende de la voluntad de nadie. Además, la eutanasia genera un cambio de mentalidad donde la muerte comienza a verse como una solución y de hecho en Holanda empezó como en España y ya se permite incluso para quien la pide porque no quiere seguir viviendo, aunque no sea un enfermo terminal. Los partidarios actuales de la eutanasia no sé con qué argumentos se opondrían a que un preso pida la eutanasia porque prefiere morir a pasar veinte años preso: si la voluntad de un enfermo es sagrada, ¿por qué no la de un preso?
Las leyes en el papel son estupendas, pero en la realidad consiste en que el Estado colabora en quitarse de en medio a alguien, con la excusa de que él lo pide.
Don Diego, espero que los cuidados paliativos se extiendan a absolutamente todas las personas para evitar dos extremos: el encarnizamiento terapéutico y matar al que lo solicita.
25 neutonios de todo corazón para usted.

Dyhego dijo...

Don Epifanio:

por un lado, creo que los ejemplos que usted expone (esclavitud y ablación) están en un plano distinto al de la eutanasia. Creo que el debate se debe centrar en el hecho de pedir un adelanto de la muerte en situaciones críticas, una petición razonada para casos extremos. ¡Nadie quiere morirse, pero debe ser aterrador saber que el tiempo que le quede a uno de vida va a consistir en padecer dolores terribles que serán mitigados con sedantes que dejarán al paciente en un estado de somnolencia! Nadie pide la eutanasia mientras le quedan fuerzas para vivir, se trata de, llegado ese momento en que ya no dependes de ti, saber que alguien te va evitar más sufrimiento.

El verbo "matar" tiene acepciones y connotaciones. Una acepción es "quitar la vida" pero no podemos olvidar que las palabras tienen connotaciones y "matar" tiene connotaciones de: quitar la vida a propósito por sadismo, por maldad, por odio, etc, etc."
No es lo mismo decir "a este enfermo lo han matado", que "a este enfermo se le ha aplicado la eutanasia". No es lo mismo.

La muerte también puede ser un alivio, no necesariamente una solución o un castigo.

Por supuesto que "matar" es malo, pero "matar en defensa propia" no es punible.

El caso que propone usted del preso que pide la "eutanasia" no conviene en este asunto porque no tiene una enfermedad terminal. Si no soporta la cárcel, siempre tiene la posibilidad de suicidarse.

No creo que el Estado colabore en quitarse a la gente, porque legislar la eutanasia no obliga a nadie.

Ya le digo, amigo don Epifanio, que no nos veamos en una tesitura tan difícil.

No intento convencerlo, por supuesto; pero sus razones no me convencen.

Mis más sinceros y amistosos neutonios, por supuesto.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Diego, creo que hay que suprimir el dolor, no al que sufre. La muerte adelantada ya viene sola, con los sedantes, que la aceleran (aunque, a diferencia de lo que ocurre con la inyección letal, es un efecto no buscado). Usted pone mucho el acento en el dolor y la desesperanza del paciente: insisto en que los cuidados paliativos, la atención personal, evitan ese dolor y esa desesperanza. Además, una persona que no tenga a nadie que la quiera y que no tenga mucho dinero recurrirá a la eutanasia antes que una persona con bienes para sobrellevar su enfermedad y cuya vida tenga sentido porque se siente amada por los suyos. Si la tía soltera no se muere y cuando sugiere la posibilidad de pedir la eutanasia sus sobrinos la apoyan, la acabará solicitando, y si no la solicita, comenzará a sentirse culpable (porque eso ya pasa en los países con eutanasia) por querer seguir viva y ser una carga para los suyos y el Estado.
A los enfermos hay que aliviarles el dolor y acompañarlos. Si estoy en una fiesta y digo: "Me voy porque nadie me habla en esta fiesta", lo solidario no es acompañarme a la puerta, sino hacer que no me aburra en la fiesta.
En cuanto a lo de "aplicar la eutanasia" me suena a eufemismo como lo de "interrumpir el embarazo": en ambos casos lo que se quiere ocultar es que se ha dado fin a una vida humana. Y pienso seguir usando el verbo "matar". Que la manera de matar sea aparentemente aséptica y mansa y legal no lo hace más disculpable, sino al contrario.
Don Diego, si he sacado el ejemplo de la esclavitud, es para que se vea cómo un acto como perder voluntariamente algo tan valioso como la libertad (como en la película Stico) debe ser un acto prohibido por el estado porque abocaría a muchos pobres y desesperados a elegir una vida de esclavitud con tal de tener el pan de cada día y la seguridad resueltos. Si hay esclavitud voluntaria, habrá gente sin duda que se acoja a ella, como ocurrirá tal vez con la eutanasia (sobre todo si se escatiman gastos en los cuidados paliativos, que no son rentables).
El caso de matar en defensa propia no demuestra que matar pueda ser bueno en ocasiones, sino al contrario: que matar es tan malo, que, si la única manera de que no me maten es matar a mi atacante, está justificado, porque la muerte de mi atacante no sería más grave que la mía propia.
Si el Estado permite que haya esclavitud voluntaria, es cómplice de los esclavos voluntarios que haya. Del mismo modo, si el Estado permite y protege que hay personas que maten a los que lo piden, es cómplice de esas muertes. Lo peor de todo es que, mientras que en la pena de muerte matan a un culpable, y eso nos horroriza, en la eutanasia matan a un inocente, y eso ahora parece un progreso.
Creo, don Diego, que usted y yo no nos vamos a poner de acuerdo en eso, porque partimos de principios radicalmente distintos, y corríjame si me equivoco: creo que usted parece poner el acento de la dignidad humana en la autodeterminación de la voluntad, y yo la pongo en el hecho de que ser una persona, un ser humano, y por tanto creo que mi voluntad y mi deseo no pueden determinar el valor de mi vida ni el de nadie, ni un hijo pierde valor por no ser deseado, ni mi libertad puede estar en venta por más que yo quiera, etc.
Deseo sinceramente que, si nos vemos en una enfermedad incurable, los cuidados paliativos y el cariño de los nuestros den sentido a nuestra vida, y supriman nuestro dolor, no a nosotros. Mejor ortotanasia que eutanasia.
Don Diego, es un placer debatir con usted. Sus argumentos son buenos y durante un buen rato han hecho tambalear los míos. Reciba usted mis neutonios para darle salud y bien hasta el fin de sus días.

Dyhego dijo...

Gracias, don Epifanio, por su respuesta, por sus razonamientos y por el tiempo que me ha dedicado.
Entiendo sus razones pero no las comparto.
En fin, está bien debatir y ver otros puntos de vista.
Espero que esta noche los Reyes Magos se acuerden de usted y le dejan muchos regalos, porque ha sido usted bueno, de eso no hay duda.
25 neutonios de roscón de reyes con nata y sin fruta escarchada (que no me gusta).
Y una copita de vino viejo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Diego, precisamente hoy había en la radio un debate sobre la fruta escarchada. Usted sí que ha sido bueno, don Diego. Oro, incienso y mirra para usted esta noche.

Granito dijo...

Buenos días Jesús, con respecto a Ramón Sampedro, él sorbió de la pajita la sustancia que le mató, podía no haberlo hecho pero "eligió" hacerlo, ¿qué es más importante, el derecho a la libre elección de un hombre sobre su propia vida -o muerte- o si el ente-estado puede o no matar, etc etc... ta ta ta- ta ta ta...?
El estado no mata, matan las personas, el estado es un ente decía antes, ¿mata el estado? ¿matan los entes? y... ¿mata un tsunami? ¿mata un incendio? ¿son estos homicidas?... no, los homicidas son las personas, y... ¿quién le dió la pajita a Ramón? ¿se puede matar por amor? ¿no aquello de "la maté porque era mía" si no por VERDADERO amor, por profundo amor a una persona, incluido el amor a una de las características que nos hace humanos? la verdadera mutilación viene de eliminar una de nuestras más puras esencias, la libertad de elección.

Saludos y Feliz año BUENO.
Pedro

Granito dijo...

He confundido el "si no" con el "sino", mi hermana filóloga me mataría (pero no por amor, por bestia...) yo trabajo en la construcción, mis padres no hicieron carrera conmigo, ni yo ninguna... :-D, se ve que era mi sino... ;-)

De nuevo saludos.
Pedro

Jesús Cotta Lobato dijo...

Granito (et amice Petre), no me había dado yo cuenta de la errata del "sino", a la que usted le ha sacado mucho partido.
Su argumento es muy bueno: en el caso de una persona que no pueda suicidarse, ¿qué se puede hacer sino recurrir a un tercero? Y lo tengo que pensar.
Pero por el momento le digo que la muerte nunca es para mí una solución de nada. Eso es para mí un principio. En efecto, la libertad es una parte importantísima de una persona, como usted dice, pero lo es porque antes es la libertad de una persona y, por tanto, por respeto a esa libertad, que es posterior, no podemos suprimir a la persona, que es previa. Hay que suprimir el dolor de la persona, no a la persona, por más que ella pida la muerte.
Si existe el derecho a recibir la muerte voluntariamente, existe el deber de suministrarla, porque cada derecho conlleva un deber, y ese deber sería abominable.
Pero reconozco que es un asunto complejo y que me hace usted dudar y repensarlo. Reciba usted mi abrazo

Granito dijo...

Hola Jesús,

Hace unas pocas entradas me tuteabas, no pasa nada, no hay problema, no mucho al menos, pero avísame si he de "ustearte", o como carajo se diga, porque dices "usted" tres veces y aunque la Drae, o la Rae, o lo que sea -no voy a perder más tiempo buscándolo, ahora estoy aquí con usted, ...perdón, contigo, y no quiero que nada me distraiga más de ti y tu blog- dice: "es una forma que indica respeto o cortesía" preferiría la familiaridad del tuteo.

Un abrazo, las últimas dos veces te dije un frío "saludos", ahora tomo conciencia, en contradicción con esa cercanía que demando así que... de nuevo otro abrazo –como bien mandas tú, incluido yo- para compensar.

Pedro

Jesús Cotta Lobato dijo...

Pedro, claro que podemos tutearnos. Resulta que a algunos que visitan el blog les hablo de usted, y me he hecho un lío. Ex corde, Cotta

Granito dijo...

¡Genial Jesús! gracias, y si, todos nos liamos,¡que rayos!... gracias a Dios a veces la vida es un lío, un precioso y hermoso lío, y no sólo "el que va palal al mal"

¡Buf!, qué malo y que viejo...

Otro abrazo muy ex corde también.
pedro