jueves, 3 de julio de 2008

Pecados capitales III: gula


La gula es, sobre todo, fea. Para mí no supone ninguna tentación. Como además ahora se lleva la delgadez al estilo de Auschwitz, no es un pecado que esté de moda. Lo que está de moda es comer sano y frugalmente. Incluso los grandes cocineros tienen la apariencia de comer poco. Nunca aparecen con un trozo de comida entre los dientes, sino con una dentadura limpia que parece que está de adorno.


La gula más espantosa que conozco es la de Erisictón, que fue condenado a un hambre insaciable por haber talado un árbol sagrado. Cuando ya devoró su hacienda, prostituyó a su hija para poder comprar más comida. Al final, después de comerse a su hija, comenzó a comerse a sí mismo. Supongo que empezaría por las extremidades. Yo me lo imagino sentado en un mitológico excusado, cagando y comiendo, comiendo y cagando.


Ahora no está de moda hablar de vicios y pecados, pero ¿cómo llamar si no a eso que nos despoja del respeto a nuestro cuerpo y al otro? Yo he visto personas que admiraba perdiendo la compostura para atrapar antes que nadie esa fruta del frutero o para lanzarse sobre la comida antes de que se reparta. En esos instantes esas personas se convierten en un estómago. Platón diría que su dimensión concupiscible ha dominado su dimensión racional. Se convierten en las yeguas antropófagas de Diomedes.


Por cierto, abomino de esas películas que mezclan la gula con la lujuria. Para mí son categorías distintas. La lujuria se refiere a Eros; la gula no es más que una sucia bestia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La gula no es más que una ligera exageración de uno de los mayores placeres, comer. Alguien dijo en una ocasión: “Comer es humano, hartarse divino”.

Por otro lado está de moda esa delagadez extrema que no llego a entender, o esa comida sanísima de "soja con tofu y lechuga cocida", sanísima oiga, pero el sabor no lo busque. O ¿qué decir de esos magníficos cocineros, con sus innovadores platos que sólo nos regalan un pedacito de carne en un kilométrico plato? bueno, sí, es cierto; queda muy bonito, pero...donde se ponga la comida casera de una madre o una abuela, que se quite lo demás.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Si te dan a comer una artística migaja muy bien diseñada de, por ejemplo, espuma de nabo al guarro cocido, uno luego va a su casa y se come un bocata jamón. Digamos que lo que ahora está de moda es comer por placer cosas elaboradísimas, pero no por necesidad. ¡Ni que fuéramos ángeles!

Anónimo dijo...

Para mí es peor ahora que antes pues la gente se hartaba de comer y no le importaba engordar.
Ahora la gente pretende separar el placer de la comida de la grasa y vomita, toma pastillas, líquidos o se dedican a hacer ejercicios para poder pecar también de soberbia con su cuerpo.
¡Ay, qué pecadores!