jueves, 27 de mayo de 2010

Mis problemas con el fútbol I

Lo que más me fastidiaba de mis amigos era lo mucho que les gustaba el fútbol. Ni siquiera podía yo elegir ser un simple espectador (tarea soporífera), sino que siempre me necesitaban para jugar de defensa o de portero, lo que nadie quería. Para colmo, siempre me dejaban el último cuando los capitanes de ambos equipos elegían jugadores.
Cuando la pelota venía hacia mí, yo protegía mis partes nobles y me pasaba el día molestando aquí y allá, pero incapaz de tocar la pelota con el pie y, si por un milagro divino la tocaba, era incapaz de pasársela a un compañero, lo que provocaba las felicitaciones del equipo contrario y las maldiciones del mío. Siempre acababa con la autoestima por los suelos.
Nunca entendí esa manía de no poder tocar la pelota con la mano, ¡con lo incomodísimo que es manejarla con el pie! Y lo que llevaba peor era que mis amigos, cuando jugaban al fútbol, se convertían en ogros, les salía la mala leche, blasfemaban y se cagaban en sus padres.
La imagen viva del aburrimiento es para mí la tele encendida con fútbol en los dos canales que antes había. Para colmo, luego echaban Estudio Estadio, donde todo se repetía y se comentaba hasta el tedio vital.
Varias personas me recomendaron que si quería tener amigos me tenía que gustar el fútbol. Y pongo por testigos a los dioses que lo intenté. Pero al cabo de un año me di cuenta de que yo no había nacido para el fútbol, sino para correr por los prados con pajaritos al hombro y flores en la mano.

20 comentarios:

Las hojas del roble dijo...

Yo metí un gol en sexto de EGB y me harté de llorar de la emoción.
Un abrazo, Jesús

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
Me identifico con usted. ¡Yo me sentía fatal porque no me gustaba el fútbol! Sin exagerar puedo decir que habré jugado en mi vida dos veces al fútbol, de portero, sin tocar la pelota y, por supuesto, no todo el tiempo...
¡Con lo bonito que es andar y andar y andar por montes, valles y playas!
1 neutonio andarín.

reyvindiko dijo...

Yo sí disfruto jugando, pero no viéndolo. Me gusta la competitividad y, aunque Dios no me dio ni habilidad ni temple para burlar al contrario, sí que me dio resistencia y espíritu de sacrificio. Cuando todos iban ya arrastrando los pies, yo seguía corriendo por las bandas pegando cañonazos que, a veces, entraban por la escuadra dejando un delicioso temblor en los maderos de la portería, en el portero y en mi autoestima.

Blimunda dijo...

A mí el futbol me parece un juego un poco tonto. Un montón de tios ahí peleándose por algo que rueda y locos por meterla dentro de una estructura hueca de madera(o de lo que sea).Sin contar con la masa de miles de personas en vilo ,que los ven hacer desde las gradas. Y luego nos resultan extraños los ritos de los caterontios del Kalafal.
Lo que más me ha gustado es tu frase final y se nota bastante que todavía vas así. Lo celebro. Besos y versos.

Juanma dijo...

Querido Jesús:

Si no pongo bien el enlace del final, basta con que entres en mi blog y busques la entrada "Un recuerdo impagable" (que está a la vista, aún en la página principal). Un amigo de aquellos años ha recuperado el audio y a mí se me ha movido el corazón de su sitio.

No creas que no jugaba al fútbol, que sí lo hacía. Pero, con doce años, ya prefería esto: http://olvidosyrecuerdos-juanma.blogspot.com/2010/05/un-recuerdo-impagable.html

Un fuerte abrazo.

Blimunda dijo...

Olvidé decir que pese a que yo piense así siento un gran respeto por todos los que se apasionan con el futbol y que el "delicioso temblor de los maderos" de reyvindico me ha parecido eso, delicioso.

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
Sí tengo que reconocer que, después de un año llevando a mi pequeño todos los sábados a los partidos que juega, sí puedo llegar a entender la "pasión" por el balompié. Menos mal que los tiempos de los prebenjamimes es de 20 minutos y los partidos se hacen más llevaderos... Pero ver a tu hijo hacer un paradón... eso no tiene precio. Igual que te llevan los demonios cuando le meten un gol.
En fin, puedo imaginar la pasión... aunque no me veo yo, ni por amor filial ni por nada, jugando.
Otro neutonio.

lolo dijo...

El fútbol fue para mí los domingos por la tarde en el asiento de atrás del coche de mi padre, cuajado de hermanos, y el ducados soltando humo por la ventanilla; qué real y qué típico. Este comienzo no auguraba nada bueno. Después hice un esfuerzo por parecer encantadora y me senté al lado de mi novio fingiendo interés, aunque cualquier cosa me distraía más que las figuritas que se movían en fondo verde, sin orden ni concierto. Por amor he llegado a ir incluso al campo, y a ensordecer con el estruendo y el horror de partidos trascendentales, que son tantos como etapas reina tiene el tour. Ahora incluso alguna de mis hijas juega, pero eso ya es otra historia. Si hay tus problemas II seguiré contando, ya se ve que el tema me apasiona. Porque vamos, lo de Estudio Estadio, que se llama ahora no sé cómo y ocupa millones de horas de programación en radio y televisión... no tiene nombre.

Un momento, imaginarte molestando y sin pasar el balón, me reconcilia con la vida casi tanto como las flores y los pajarillos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Hojas, ¿a que es emocionante? ¡Comprobar que por una vez en la vida el pie responde a lo que le mandas!

Dyhego, eso es lo que me gusta a mí, montes y playas. Menudos paseos habríamos dado usted y yo de habernos conocido de niños. Un neutonio infantil.

Reyvindiko, yo sé que juegas mejor de lo que dices. Y qué bien suenan esos balonazos que pegabas. Me alegro de que te hayan ayudado a mantenerte sano y feliz.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Blimunda, yo ya he dejado de considerarlo un deporte tonto. Creo que, si yo hubiera sido hábil jugando, me gustaría. Pero se juntaron en mi caso el hambre con las ganas de comer: ni me gustaba demasiado ni era hábil. Un beso.

Juanma, ahora mismo entro y lo miro. Conociéndote, seguro que me gusta.

Blimunda, Reyvindiko es mucho Reyvindiko. Y claro que se te nota el respeto. No te preocupes.

Dyhego, como no tengo hijos varones, no llego como tú a vibrar con los patadones de mis hijos. Pero estoy seguro de que me pasaría exactamente lo mismito que a ti.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ah, Lolo, fútbol por amor... Tus intentos superan a los míos. Yo lo intenté por amistad, tú por amor. Eso es pura poesía. Sí, habrá fútbol II. Y ya me contarás, que me interesa mucho.

Anita dijo...

Concuerdo contigo, es horrible, a pesar de ser mujer por mis rumbos paradisiacos sucede lo mismo, en el futbol femenil. Es más, si queria gustarle a algún muchacho debía soportar que jugase futbol o ir con él a ver los partidos al estadio o por TV.

Yo creo que es un deporte con mucha más publicidad más que lo que realmente es. Cuando no sólo el fut es fantasico deporte, sería espléndido si pudiesemos tomar todos los deportes como emocionantes.

Mery dijo...

Y ¿qué me dices del Carrusel deportivo los domingos por la tarde, en la radio?
Creo que ese soniquete matador es de las peores torturas que he tenido que soportar a lo largo de mi vida.
Un beso

Rutherford dijo...

Diga que sí, que el mejor DEPORTE es el ajedrez.
Ello no quita que debamos practicar los demás para mantener un buen físico y divertirnos.


Saludos

P.D: recuerde, Mens sana in corpore sano.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anita, por amor uno hace lo que sea. Pero el fútbol es un deporte que a algunos les gusta tanto y a otros tan poco, que los primeros y los segundos, si quieren amarse, tienen que hacer un gran sacrificio.

Mery, veo que tú también has sufrido esas sesiones horribles de fútbol. No bastaba que el partido fuera interminable, sino que luego además lo comentaban durante horas ¡y con moviola!

Rutheford, el ajedrez me atrapó durante cierta época, pero echaba en falta que movimientos tan atroces como comerme una torre consistiera sólo en un movimiento de mano. ¡Lo que yo quería era tener una lanza en un combate y derribar a un gigante!

Rutherford dijo...

Bueno, creo que Ud. es el primero que debería saber que es mucho más importante la honra y la moral frente a lo físico, lo mundano, lo material.

Yo puedo estar herido de un brazo, sangrando a chorros por la pierna, con un balazo en el pecho, pero luchando con la fuerza e ímpetu de un tigre, mientras mi moral se mantenga intacta y la esperanza habite en mi corazón, ¡seguiré!

Recuerde que lo verdadero y más importante de este mundo no se puede "tocar", sino que se siente: amor, dolor, ira, moral, honra, amistad, ... e incluso lo magno, el alma.

Saludos

elpiyayo dijo...

Siempre te queda el consuelo de tocarte las pelotas con las manos cuando pantalones estrechos atacan, eso si, si lo haces que solo te vea tu amada, las pelotas son tuyas, las mueves, las colocas, dispones, preparas.......tu eres el capitan ¿o no? y como tines dos, pues nunca se para el juego.
¡A JUEGAÄ!

Jesús Cotta Lobato dijo...

Rutheford, me gusta todo lo que usted dice. Yo no podría haberlo explicado mejor. Entre usted y Gomez de Lesaca están despertando mi lado épico, que lo tenía dormido de tanta lírica. Gracias.

Piyayo, gracias a Dios, esas dos pelotas, a pesar de los balonazos, las domino bien. Además, no hay por qué tocarlas con los pies, sino con las manos, lo cual es mucho más agradable y cómodo. ¿Para qué ir corriendo detrás de una pelota si tengo dos? Un abrazo.

eres_mi_cruz dijo...

mis ídolos han sido por este orden: Scotta, Bertoni, Quini, Butragueño, Suker, Romario y Kanouté...
soy uno de los tíos que más sabe de fútbol del universo, o sea, como el 99% de los aficionados al fútbol...

créeme, jesús...
es mucho peor no tener ni idea de marcas de coche... me repugnan las conversaciones sobre potencia, consumo, cilindros, caballos, abs... te invitan a sentarte y mirarlo por dentro, que si el cuadro, la radio, la tapicería... mis amigos deben pensar que soy un barroco envidioso pero es que ciertamente no me impresionan nada sus máquinas...

Jesús Cotta Lobato dijo...

Eresmicruz, yo he intentado interesarme por el fútbol, pero nunca he intentado interesarme por los coches. A nuestros amigos les cuesta entender que no tengamos ni pajolera idea de coches ni interés en tenerla.