Muchas maravillas ocurren delante de nuestras narices, pero no las vemos los que fuimos arrojados del paraíso. Por fortuna los poetas las entrevén a veces y nos transmiten un chispazo de esa maravilla en sus poemas.
NEVER EVER
Imaginaos que un viento de belleza
recorriese el invierno
o que hubiera jardines, no países,
imaginaos el mar recibiendo visitas
a la hora del té,
que a las estatuas les creciesen ramos
de flores en su bronce viejo y frío,
que los espejos
nos vieran como somos y pudieran decírnoslo,
que por toda la tierra fuesen juntos y libres
gacelas y leones,
que alguien dijera
Le temps s’en va, le temps s’en va, ma Dame
y una mujer cayese enamorada en medio de la calle
o que un beso, un abrazo
no fuese más que un beso y un abrazo
y no epílogos, prólogos, epítomes, contratos,
que viésemos el mundo como Adán pero llevásemos
corbatas de Loewe.
Tan solo imaginaos.
Nunca aquí lo veréis, con nuestros ojos ciegos.
(Las propiedades del aire, de Enrique Baltanás)
3 comentarios:
Esta genial, un abrazo fuerte.
Por cierto soy nuevo en este mundo, quizás puedas darte una vuelta por mi blog
eldiariodeunescritor.blogspot.com
¡Ojalá ese viente de belleza soplara más a menudo, don Epifanio!
25 neutonios ventoleros.
Rubén, iré a visitarte. Un abrazo
Diego, lo mismo te deseo. 25 neutonios
Publicar un comentario