Mi amigo José Julio Cabanillas soñó una vez que yo estaba dando clase y levitaba y conmigo mis alumnos. ¡En tan alto concepto me tiene que en sus sueños escapo a las leyes de la física y, conmigo, quienes me escuchan!
Lo mejor es que, solo por el amor con que me ha soñado, tiene que ser cierto que yo he levitado o levitaré algún día, porque un sueño tan de amigo no puede quedarse tan solo en un sueño.
Es solo una intuición. También Tolkien intuía que, por haber aumentado la belleza del mundo, por haber incitado a los demás al bien, la creación literaria la haría real Dios algún día.
Si esto fuera cierto, si la belleza y el amor no mueren, como le decía Federico García Lorca a Carlos Morla Lynch, no hay que tener prisa por publicar un buen libro, porque, si lo puede leer sin rubor mi madre, tengo toda la eternidad para disfrutarlo del modo más real y maravilloso posible.
2 comentarios:
¡Díganos usted el secreto para aprender a levitar!
25 neutonios volantes, don Epifanio.
El secreto está en que sueñen contigo. 25 neutonios oníricos
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