Entre mis amigos, allegados y familiares cuento con personas muy queridas que, sin excepción,en el Estado Islámico serían condenadas a muerte o relegadas a una segunda categoría por impuras, blasfemas, apóstatas y pecadoras. Para empezar casi todos son cristianos o ateos (a ambos grupos los odia el Estado Islámico) y, para colmo, entre ellos, oh atrevimiento, hay mujeres sin velo y empresarias, dos carniceros que venden el mejor cerdo ibérico del mundo, una bodeguera y amigos del vino, músicos alegres y despreocupados y, lo que es el colmo, varios musulmanes que o han apostatado o apuestan por un Islam moderado y desideologizado.
Cuanto menos le gustan al yihadismo los míos, más me gustan a mí y más estoy dispuesto a hacer por defenderlos.
De verdad, qué alivio no coincidir con el Estado Islámico en nada, salvo en que dos más dos son cuatro.
2 comentarios:
Vaya una lacra, el fanatismo: iluminados y demás ralea.
25 neutonios sensatos, don Epifanio.
Si usted bebe vino, está entre los allegados que hay que defender. 25 neutonios con un brindis.
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