El día más importante de mi vida no fue el de mi nacimiento, sino el de mi concepción, porque con mi nacimiento me dieron a luz y con la concepción a la existencia. Ese día dos personas que me querían incondicionalmente, como yo saliese, y que me hicieron con amor, placer y libertad, que es como los hijos se deben hacer, me salvaron de la nada, que es mucho peor que la muerte. Hicieron mi cuerpo para la eternidad y obligaron a todo un Dios a infundirle un alma inmortal y asignarle un ángel.
Yo empecé a ser yo no cuando nací, sino el día en que un microscópico e intrépido nadador logró alcanzar la isla dorada, porque entonces fue cuando fui dotado de todo lo que yo iba a ser y necesitar hasta el día de mi muerte.
El día de mi concepción está escrito con oro en el Libro y ya nunca será borrado.
Propongo, amigos míos, que se celebre a partir de ahora el día de la concepción más que el del nacimiento. Como no todos conocemos ese día (y está bien que así sea), será mejor que celebremos el mes de la concepción. Durante ese mes, los que nos quieren nos harán nuestras comidas favoritas, nos regalarán libros, ropa, quizá un viaje o un masaje, un libro de poesía... Durante ese mes, las estrellas nos serán favorables.
7 comentarios:
Mientras las flamas del amor fundían dos cuerpos en uno solo, en un cielo se anunciaba mi exilió, y en un infierno se anunciaba la espera para luego mi llegada.
Al fin llegué a la luz o la luz a mi llegó?
La verdad, nació tímida, o muchas veces no muestra su cara?
El amor es ciego o a veces no quiere verme? Dios murió, o se fue muy lejos? Soy real, o real sólo es quien me lleva adentro?Son preguntas sin respuesta que surgieron cuando caí aquí, la respuesta tras la puerta de este gran cuarto, al cruzar la en seguida la luz disminuirá...
Oh ogar dulce hogar, ansiosos me esperaban
Ocurre, don Epifanio, que determinar el día exacto de la fecundación es bastante complicado.
Pero no es mala idea, no.
25 neutonios cumpleañeros.
Anónimo, esas preguntas también me acompañan desde que tengo memoria. Pero ¿por qué pensar que la luz disminuirá al cruzar la última puerta? A lo mejor habrá más luz. Cuando la crucemos, no olvidemos comentar que en este momento, aquí, ya nos lo habíamos planteado. Un saludo
Don Dyhego, me alegro de que le guste mi idea. Mi mes la concepción está a punto de llegar y estoy viviendo estos días con mucha más gratitud y alegría. Reciba usted mis neutonios de concebido a concebido.
¡Saludos Jesús! De tu siempre alumna Ariadna. Siete años después.
Y feliz mes de la concepción, cualquiera que sea.
Mi queridísima y aventajada alumna Ariadna, ¡que te vaya bien estés haciendo lo que estés haciendo! Si le pones tantas ganas como a los estudios cuando te conocí, seguro que te irá bien. Y, por cierto, un sobrino mío ha tenido una niña y le ha puesto Ariadna. Un beso.
Publicar un comentario