sábado, 20 de mayo de 2017

El poema de la semana

En esta época nuestra donde no se valora lo que no se ha elegido, la figura del padre anda en descrédito. Este poema me gusta porque muestra cómo el descontento del hijo hacia el padre no era un problema del padre, sino del hijo.

HISTORIA DE AMOR
Pero me fui cansando.
                                   Te quedaste
en eso, lejos, antes,
algo que hay que esconder porque es mejor
que no vean los otros.

Y miré hacia otro lado.

Aunque sé que te hacía
falta, daba lo mismo.

                                    Era incómodo
saberte siempre cerca
(cómodo como un cambio de postura
en el sofá, o el lado más fresco de la almohada):
servicial, a la hora
exacta. Con dinero.

Y supe aprovecharme.
                                 
                                    Te enfadabas, 
pero nunca era grave, y además
volvía fácilmente a lo de antes.

Cuántas veces sí pude
pero luego mentía…
                                 Cuando quise
darme cuenta, era tarde.

Nunca te dije nada
que merezca la pena que recuerdes,
y aunque no es tiempo ya, sé bien cuánto te debo.

Contigo he sido injusto
como tan solo puede serlo un hijo.

Rodrigo Olay (La víspera, leído en la antología de poemas al padre Tu sangre en mis venas)

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Los hijos solemos ser así.
25 neutonios, don Epifanio.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lástima darse cuenta tan tarde. 25 neutonios familiares.