Vengo de ver en Valdepeñas la magnífica fundación con la colección de pintura de Gregorio Prieto, que recomiendo vivamente. Suyo era el más famoso retrato de Federico García Lorca.
Como García Lorca, Gregorio Prieto era patriota, católico y homosexual. Hace unas décadas, las dos primeras etiquetas eran gloriosas (al menos para una parte de España) y la otra un oprobio que había que ocultar. Ahora es justo al revés: las dos primeras son oprobiosas y la tercera un timbre de gloria. A ver si ese timbre hace de portavoz del talento artístico de Gregorio Prieto.
El otro cuadro que aquí os traigo es una bella manera de mostrar el amor a España. Debería figurar en sellos, monedas y billetes. Todo en ese varón de ojos grandes es núbil, incluso su manera de abrazar a la estatua. Pero luego uno sospecha que la relación entre él y lo que la estatua simboliza va más allá de lo erótico y sensual. Tampoco es una relación filial. Entonces, ¿qué es? El varón de grandes y bellos ojos nos está mostrando con la Dama de Baza (que parece tener también algo de la Dama de Elche) y con su desnudez su identidad cultural y personal, su íntima manera de sentir, y todo eso ocurre de una manera, por así decir, española, incardinada en una corriente histórica, cultural y sentimental que afecta hasta los tuétanos.
Siempre me ha gustado la gente de perfil personal y antitópico. Os invito, pues, a Gregorio Prieto.
2 comentarios:
Don Epifanio:
no conocía a Gregorio Prieto, aunque el primer cuadro sí me suena haberlo visto.
Es de esos retratos que se recuerdan.
En cuanto al segundo cuadro, es una composición homoeróica y con una simbología muy particular.
25 neutonios pinacotequeros.
Don Dyhego, todos esos cuadros están en Valdepeñas. Vaya también usted allí a ver cuadros, beber buen vino y visitar yacimientos ibéricos. 25 neutonios artísticos.
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