martes, 22 de septiembre de 2009

Dime, pichilla

Cuando yo era niño (y después también), mi padre me llamaba pichilla. Eso se llama sinécdoque y consiste en nombrar el todo por una de sus partes, en este caso, por sus partes. Pues bien, esa sinécdoque era cariñosa y proclamaba con una sola palabra lo siguiente:

“Estoy muy contento, Jesús, de que me hayas salido macho, a pesar de que eres el cuarto macho de la casa y no nos habría venido mal una niña. Si hubieras sido niña, te habríamos querido igual, pero mira por dónde, eres niño y ¡qué contento estoy! Ahora ni te lo imaginas, pero eso que ahora es para ti tan sólo un juguetito será dentro de unos años la prueba palpable de que hay dentro de ti un anhelo grande y profundo que ya tu familia, con todo lo que la quieres, no podrá satisfacerte. Puede que entonces te apartes un poco de mí y empiecen a sonarte a monserga mis consejos. Yo, sin embargo, te seguiré queriendo y te entenderé mejor que nadie, porque a mí me pasó lo mismo, y siempre habrá entre tú y yo una complicidad de hombres que no podrás tener con ninguna mujer. ”

Todo eso y más cosas quería decir pichilla.

27 comentarios:

eres_mi_cruz dijo...

exacto, jesús...
para entender esto sólo hay que ser padre...
porque es así...
yo le añadiría "vas a ser un toro como tu padre y te vas a tirar to lo que se ponga por delante porque encima eres mucho más guapo todavía...
¡ahí, ahí! ¡placa, placa, placa! ¡la siguiente!...

preciosa reflexión

Jesús Cotta Lobato dijo...

Eresmicruz, tu dixisti. Acabas de decir lo que yo no me atrevía a decir, pero eso también quería decir mi padre, así, exactamente.
Por cierto, me he quedado prendado de la película que me has enlazado y que pienso buscar para verla. Mi incultura cinematográfica no tiene límites. Algún día tendré que hablar de lo mal que queda un intelectual si no sabe de literatura, pero no queda tan mal si no sabe de cine. Un abrazo.

ReyVindiko dijo...

Se ve que somos mucho más complejos que los ents de Tolkien, pues, al contrario que ellos, no necesitamos tanto tiempo para decir tanto o para procesar todo lo que una palabra significa (aunque esto ya depende de la sensibilidad y las entendederas de cada cual). Por otro lado hay en esta entrada algo entiano, pues como ellos te niegas a dejar en la oscuridad toda la historia, la vida, que hay detrás de una palabra.
Me impresiona que mantengas el nivel tan alto en tu bitácora. Ya está claro que la flauta no suena por casualidad.

Ranzzionger dijo...

Bravo. A eso se le llama economía de lenguaje. Con una palabra un tratado. Pues te lo voy a decir en andaluz: ¡Olé tus güevos!
Me encanta eso que dices de la incultura cinematográfica y los intelectuales; aunque disiento, como él ya sabe, con Eresmicruz sobre Orlando.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Reyvindiko, no se me había ocurrido que fuera entiana la entrada. Supongo que un ent, en vez de pichilla, le diría a su hijo una palabra mucho más larga. En cuanto a la calidad de las entradas, me miras con muy buenos ojos, porque a ti también te han llamado pichilla.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Vaya, una disputa entre Ranzzionger y Eresmicruz. Eso promete. Pues hala, voy a hablar próximamente sobre la incultura cinematográfica.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Buena economía, machote.

Es genial.

José María JURADO dijo...

Pollas, qué tierno.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Javier, hay palabras que significan mucho.

José María, creo que a la interjección de tu comentario se le ha caído la "li" de polillas.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

La "li" o la "lli", o tal vez la "gili".

Un abrazo a ambos.

Juanma dijo...

Yo a mi gordo le digo "churrita"...ya sabes, abrevio.

Un fuerte abrazo.

Benjamín dijo...

Qué radiografía de los sentimientos, Jesús. La profundidad acostumbrada, la generosidad de cada día. Enhorabuena por esa reestrenada libertad de palabra. ¿Puedo decir parresía? Dejemos ahí el palabro, a ver si no se nos congela y va levantando el vuelo en castellano, que falta nos hace con tanta inquisición pazguata de las miembras menestrales.

Mirna dijo...

A ver Jesús. Un día fui a comprar a la charcutería de un supermercado y la chica que la atendía me dijo: <<¿Qué te pongo, chochete?>> A ver si tú me dices qué quería decir la muchacha, porque para mí no dejó de ser una terrible vulgaridad. Claro que después de leerte, me pregunto si no me precipité a pensar así de ella.
Un abrazo, pisha (con perdón).

Julio dijo...

Precioso, Jesús. No tengo otra palabra.
Un abrazo

Jesús Cotta Lobato dijo...

Otro abrazo, Javier.

Juanma, lo de Churrita es una buena abreviatura para todo ese torrente de amor que sientes por tu hijo.

Benjamín, yo soy partidario de la parresía, pero ya sólo la puedo usar con los amigos. Gracias por consentírmela. Lejos de ti y de mí la inquisición pazguata, que nunca se llevó bien con la amistad y la poesía.

Mirna, en el caso de la charcutera, chochete quería decir algo así como..., pero mejor me lo callo, porque tú eres una dama, mientras que la charcutera era sólo vulgar. Nuestros padres no llamaban así a nuestras hijas, porque sus hijas son princesas y ellos unos caballerso. Un beso en la mano para Mirna.

Julio, las palabras cariñosas de un padre tienen eso, que son pura poesía. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Bueno antes hubo otros antes que tu, a uno le decia picha gorda, no era porque asi fuese, sino porque fue su primera picha que aperció en su hogar, eso que conste, los consejos que te dió a ti a mi no tuvo tiempos de darmelos jaja.
Otra cosa, no es lo mismo que te diga chochete un desconocido-a que tu padre, no es lo mismo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, él no me dio esos consejos, sino que en la palabra "pichilla" interpreto yo que se dicen todas esas cosas. Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Pues una amiga mia me saludaba siempre diciéndome: "Hola, chorrete", con una gracia que para qué.
Hay quien puede decir esas cosas y quien no puede. Como en todo, saber distinguir es la clave.
Todos los términos sexuales llevan muchísima carga emocional, tanto para bien como para mal. Piensa en el cariñoso, "picha" o en tu "pichilla" (no en la tuya, por Dios;-), en el "chorrete" de mi amiga (idem:-) o en el "coñazo" en el que se puede convertir este comentario si no paro a tiempo.
En fin, qué interesante esto del lenguaje y sus sinécdoques.
Abrazos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Olga, has dado en la clave. Hay personas a las que yo les permito llamarme como les dé la real gana, y a otras a las que no les digo mi nombre. Un beso.

Juan Antonio González Romano dijo...

El principio de curso me tiene retrasado en todo, pero esta entrada es deliciosa, Jesús, no podía dejarla pasar sin mi aplauso.
Un abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Gracias, Juan Antonio. El aplauso se lo envío a mi padre.

Anónimo dijo...

Eso es lo que tu como hombre piensas, pero eso es lo que tu dirias si fueses padre de varón, que por lo que se no lo eres al menos hasta ahora, luego todo es diferente. Tendrás que hilar fino para las arpias y tu solo estás pensando que a tus hijas la toque un poeta, un amante libertador y no embaucadores, Esas lecciones se aprenden solo por ti mismo, asi que nunca lo harás mejor que tu padre.
Un beso

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, eso por descontado. ¿Cómo voy a superar a un padre de seis machos y una hembra? Yo sólo soy su discípulo.

Mery dijo...

Qué buenísima interpretación. Como eres escritor no podías haberlo hecho de mejor manera: te sale el arte por cada una de tus palabras.
Mi aplauso

Jesús Cotta Lobato dijo...

Mery, no es mérito mío, sino de quien me decía esa palabra.

Rosna dijo...

Que sabios son los padres , y Don Cotta padre se lleva hoy todos los aplausos .
Cuanto amor hay en esa palabra .
Gracias por compartir sus momentos
Buen fin de semana
Rosna

Jesús Cotta Lobato dijo...

Rosna, gracias. Mi padre te agradece el gesto.