miércoles, 3 de febrero de 2010

El buen gusto de los niños

Me cuesta trabajo hablar de este asunto, porque no quiero que me tachen de elitista, pero siempre he pensado que en cuestión de gustos hay grados: el que tiene el gusto poco cultivado cree que el colmo del buen gusto es lo esdrújulo y florido, pero el que tiene realmente buen gusto se mueve en otro ámbito más complejo. A algunos niños pequeños lo que más les gusta son las chuches. Hacen falta tiempo y aprendizaje para darse cuenta de que el dulce de las golosinas empalaga. En poesía y literatura pasa lo mismo. Cuando me encuentro gente que me cuenta que le encanta Dan Brown, me doy cuenta de que está en un grado inferior del gusto, como me ocurría a mí cuando era incapaz de saborear una bebida que no fuese Fanta o Mirinda. Y no siento por ellos desprecio, sino compasión. Me encantaría poder imponerles las manos para que pudiesen disfrutar de manjares más exquisitos. Pero la imposición de manos, por desgracia, no surte esos efectos.
Me parece muy triste pasar por la vida sin degustar la excelencia. El caso es que a los niños les gusta muchísimo más Homero que Dan Brown. He realizado la prueba. De lo que deduzco que el gusto no crece con la edad: a veces decrece.

22 comentarios:

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
El público es (o soy) como los marranos, que se comen todo lo que les echan. Yo, más que decantarse por los códigos davinchanos o por las chicas que sueñan con el gasóleo A o por Homero o por Dante, creo que merece la pena hacer incursiones y recalar en cualquier puerto. Yo no soy (ni lo quiero ser, líbreme el Maligno y el Buenigmo) ejemplo de nada, pero la casera con vino está riquísima y un buen jumilla tendrá menos fama que un duero pero está igual de bueno. Yo me burlo tanto de la chabacanería pueblerina como del esnobismo urbanita (así he salido yo, un híbrido como la Hidra ésa de las cabezas cortadas... Dios, qué empanada mental tengo, jejeje).
2 neutonios, uno chabacano y otro excelso.

Capitán dijo...

Diga usted que sí, y sin que le cueste trabajo, que tiene mñás razón que un santo.

Máster en nubes dijo...

Pues sí, tengo esa sensación yo también. Naturalmente los niños son filósofos y creyentes también, me parece. Luego claro, si les das todo el día hamburguesa, creo yo que el día que les des un solomillo o jamón del bueno pues a lo mejor extrañan el gusto... y no lo quieren. Lo del azucar está clarísimo, como la sal, si te acostumbras en exceso luego los sabores naturales, los que tienen las cosas, ya no los distingues. Y eso, con el gusto de la boca, pasa también en los otros, creo: visualmente también. Por eso la gente devora chucherías visuales, por eso también, independientemente de que los hombres sean más visuales que las mujeres, vivimos una época de estilización de las mujeres (no de más delgadas, de más "irreales", de cursilería en el arreglo, de exageración y supuesta perfección y otras cosas en las que no entro... pero que son estilización de otro modo) bestial.

Son chucherías que entretienen... pero no llenan... Donde está una serrana frente a frente... Jesús, que se quiten las imágenes esas ¿o no?

eres_mi_cruz dijo...

y ¿te has dado cuenta Jesús, que mientras más maleducadas son las personas más te tachan de maleducado?...

pues sí, es cierto lo que escribes...
no existe criterio en hacer cola para comprarse un libro salvo el puro fanatismo...

con la arquitectura pasa lo mismo... hace falta haber visto y estudiado muchísima arquitectura para tener algún criterio... no es nada elitista.

Unknown dijo...

No sé yo, Jésús. Un ejemplo: a mi de pequeño me encataba leer mortadelo y filemóm, zipi y zape,
la rue del percebe, el jabato, el capitan trueno, asterix. mafalda,entre otros, y poco la Celestina, San Juan de la Cruz... Con los años se han sumado estos últimos a mi biblioteca.
En fin es cuestión de paciencia con los niños, o no me dirás tu que con tus hijos no tienes paciencia?
Paciencia la madre de la ciencia, dicen, que no sé yo si será verdad.
Saludos

José Miguel Ridao dijo...

¿Y qué me dices de a los que les gusta Larsson? Ésos más que compasión me provocan una pena irrefrenable.

mangeles dijo...

Yo creo que hay que dejar que la gente disfrute con lo que le gusta, independientemente de que sea "bueno o no" (me refiero a calidad).

Al fin y al cabo, ¡peor es lo mío¡, que ni he leido a Homero (sólo a trocitos), ni tengo la menor idea de quién es ese Dan Brown...

Demostración viva, de que las cosas, siempre pueden ser peores..jejej (y me encantan las chuches de los niños, jejee)

Besitos y apapachos, para que se te pase el desconsuelo jejeje

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, el buen gusto creo yo que está tan reñido con el esnobismo como con lo chabacanería. El buen gusto es libre y va por donde quiere. Dicho esto, a muchos les gusta de vez en cuando algo chabacano, pero el error sería en pretender que, como le gusta a uno, eso no es chabacano. Que a uno le guste ver de vez en cuando Gran Hermano no significa que Gran Hermano quede por ello dignificado: sigue siendo una mierda. Dicho esto, estoy seguro de que usted recala en sitios que merece la pena conocer y me quedo con sus dos neutonios, el chabacano y el excelso.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Capitán, hala, a partir de ahora lo diré sin trabajo. Choca esos cinco.

Máster, a los niños les va lo épico y grandioso, el héroe que cree en unos valores por los que vale la pena morir. Luego se malean y ven malas intenciones en todo y empieza a gustarles Dan Brown. Lástima. Menos mal que luego vienen las serranas sencillas y estupendas y les quitan las tonterías. Y para ti un beso.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Eresmicruz, te doy toda la razón. De hecho ayer en un programilla de una tele local nos llamaron para hablar de las setas de la Encarnación y menos mal que Desde mi ventana me sacó del apuro, pues yo no me atrevía ni a decir si eran feas o estupendas. Por cierto, aún sigo impresionado con Gilda.

Ramón Simón, menos Zipi y Zape, me siguen gustando todos los que dices. Sí, la paciencia también cultiva el gusto. Se me olvidaba ese dato importante. Un abrazo, amigo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ridao, ay, Larsson no lo he leído, pero como me fío de gente con buen gusto como tú, se me quitaron las ganas de leerlo desde que leí tus entradas. Un abrazo.

Mangeles, por supuesto, libertad antes que nada. Lo demás son adornitos que uno coloca aquí y allá. Ya se me ha pasado el disgusto.

lolo dijo...

Un niño puede contemplar un color primario maravillado. Rojo, por ejemplo. Y no ser capaz de distinguir sus matices.

El buen gusto creo que está más en la capacidad de disfrutar algo, que en la sofisticación de lo que se nos ofrece.

No compadezco a los menos cultivados, sino a los que atiborrados de sabores y colores han perdido el gusto y la vista.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lolo, eso es lo que yo quería decir, pero no me salía. Gracias. Me has dado la clave. Un beso.

Las hojas del roble dijo...

Lo de la imposición de manos no sé si te ha quedado monacal o de ojos rasgados...
Un abrazo, Jesús.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Hojas, de las dos opciones me pido la que no me exija mucha castidad. Un abrazo.

Anónimo dijo...

El buen gusto no es lo que a uno le gusta, pues conozco a mujeres que les gusta lo que a mi no me gusta y a algunos hombres(por desgracia a pocos aún) tambien.
Lo importante para mi no es educar un niño en un "mulear o pocilga", pues al final le gustará la mierda o al menos su olor. En fin dicen que hay personas que les gusta leer y cultivarse, pero yo no conozco a nadie que no deje un libro ante un buen vino y un buen plato de langostinos o que prefiera leer un libro a deshacer una cama, perdón poetas, al menos, a mi asi me ocurre. Prefiero a Jabugo que al "codigodavinci e inncluso la Iliada.
¿no me habrás borrado el comentario de los porros?

Granito dijo...

Yo degusto manjares de lo más complejos, pero sigue siendo un placer comer chuches. Y eso es valido para todo, incluída la literatura, el cine, etc. No veo Gran hermano, solo vi la primera edición por curiosidad, pero si a alguien que quiero le gustará mucho quizá lo vería y hasta lo disfrutaría con tal de conectar con ese alguien. Y muchas peliculas y libros aparentemente comerciales me parecen una chuches magnificas. Vivo en un mundo (mi mundo) en el que hay de todo, y aunque tengo mis gustos concretos no desdeño nada, nada.

Un saludo, te sigo leyendo aunque no intervenga.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, tener buen gusto no es pasarse el día leyendo, sino, cuando uno lee, leer cosas de buen gusto. El resto del tiempo se lo puede uno pasar haciendo lo que le salga de la punta. No te he borrado nada de porros. No te hagas la víctima, porque sólo te he borrado un comentario y medio desde que tengo el blog.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Granito, tienes razón en lo de ver Gran Hermano por amor, aunque también la persona que te ama podría esforzarse por ver el buen cine que te gusta a ti en vez de ver Gran Hermano. Un abrazo.

Yo dijo...

Sobre gustos.. no hay nada escrito Jesús :)
El buen leer, por así decirle, es un aprendizaje y supongo que la gente joven necesitará leer y conocer a un "comercial" Dan Brown -por citar al mismo que tú nombraste-, para luego poder apreciar las diferencias con verdaderas obras de la literatura (je, no me meto en el baile de nombrar ninguna!).
Tampoco creo que Nietzche o Borges puedan ser correctamente interpretados y "disfrutados" por un niño de 12 años, y ésto te lo comento porque pasé por esa experiencia :)
Es bueno que haya de todo como en botica y que cada uno pueda elegir lo que más le plazca.
Saludos

Alejandro Muñoz dijo...

Te alabo el gusto, Jesús.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Para Yo: sí, es cierto. Tiene que haber de todo. Te admiro por haber leído a Nietzsche con tan pocos años. Si Dan Brown luego llega a un diez por ciento de lectores a libros mejores, bienvenido sea Dan. Me has convencido. Un saludo.

Alejandro, el gusto es de Homero y creo que ambos lo compartimos. Un abrazo.