viernes, 21 de mayo de 2010

Grecia

Desde hace mucho los griegos llevan pidiendo a los ingleses que les devuelvan los frisos del Partenón. Ya no pueden alegar los ingleses que los frisos peligrarían en Grecia, porque en Atenas se acaba de levantar un pedazo de museo que es, según me dicen, una joya arquitectónica y que tiene una sala especial para albergar esos mármoles que la pérfida Albión retiene para sí y que, me temo, retendrá in aeternum.

Reconozco que yo con Grecia pierdo el tino: la defiendo hasta la extenuación. Soy forofo de su música y sus bailes y su comida y su lengua. Y me temo que si algún día visitara Estambul, me echaría a llorar porque ya no es Constantinopla y porque en Santa Sofía ya no se puede rezar a la Panagía.

En fin, si hay alguien interesado en arquitectura y en Grecia, hoy a las 18:00 en el salón de actos de la facultad de Matemáticas de Sevilla, en el barrio de Reina Mercedes, habrá una conferencia sobre la polémica que en Grecia se ha suscitado en torno a ese museo tan moderno e innovador. Y luego a las 19:30 habrá otra conferencia sobre los tópicos de Grecia en el cine.

Y si alguien quiere deleitarse con un poco de música griega, aquí tiene.

Zito i Elás!

9 comentarios:

Blimunda dijo...

El otro día hablabamos del veneno de la poesía pero esta música es igualmente venenosa,se te mete en la sangre y tiene unas raices que te agarran a la tierra y por otro lado un viento que te lleva, que te lleva.
Es una fortuna que nos regales estas sustancias,tan venenosas.
Feliz fin de semana. Un abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Blimunda, es una buena definición esa de veneno para la poesía triste. A veces la poesía se te mete en la sangre como una dulce tristeza. Un abrazo.

Blimunda dijo...

Tal y como yo lo entiendo creo que el concepto de la poesía como veneno de Evgenia Ginburg no se refiere a los poemas tristes sino a la poesía en sí. Su forma de comprender y de sentir la poesía pasa por una especie de toxicidad sin la que no se puede entender la vida. Creo que aqui hay que interpretar la metáfora en un sentido muy amplio pero que no deja de ajustarse de alguna manera, quiza muy sutil, en un sentido resvaladizo pero atinado a lo qué es la poesía o puede llegar a significar( o significaba para ella y para mí). No sé si me he explicado bien o he sido demasiado subjetiva.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Sí, Blimunda, al menos yo siempre he pensado que la poesía es una especie de enfermedad. Los que escribimos poemas no podemos dejar de hacerlo. Es nuestra manera de ver el mundo. Es una enfermedad que por fortuna produce belleza. Un abrazo.

Granito dijo...

Mientras visitaba el mágnifico Pergamon Museum de Berlín un amigo me contaba que cuando a finales del siglo XIX se llevaron el Altar de Pergamo y otras bellezas, los alemanes llegaron a un acuerdo con los turcos, ellos financiaban todo y se podían llevar la mitad de lo que encontraran. Apenas 50 años después, de lo que quedó en Turquía no quedaba nada.
Claro que mi amigo es alemán. Supongo que merecerá la pena visitar ese museo que mencionas, aunque lo tiene díficil para superar al Británico y al Museo de Pergamo.
Un abrazo.

JuanMa dijo...

¿Qué significa eso de "Zito i Elás!"?
¿Viva Grecia?

Jesús Cotta Lobato dijo...

Granito, superar a esos dos museos debe ser prácticamente imposible y la verdad es que, aunque no soy muy partidario de ir devolviendo a cada lugar de origen las piezas de los museos, el caso del friso del Partenón es especial, porque el Partenón sigue en Atenas, pero sin su friso. Un abrazo.

JuanMa, sí, eso significa. Tienes lo que se dice intuición lingüística.

eres_mi_cruz dijo...

los mármoles del Partenón
siempre me recuerdan a
Melina Mercouri...

que sepas que mi hija de cuatro años comparte tu afición con la cultura griega... de hecho sus primeros pasos en poesía los dio en la lengua helena...

Jesús Cotta Lobato dijo...

Eresmicruz, siempre me sedujo la sonrisa de Melina Mercouri. Y tu hija ha hecho lo mismo que la cultura en la que las estás educando: los primeros versos de amor fueron escritos en lengua griega y además por una mujer. Y, por cierto, esos versos encuadrados en una casa son un homenaje de lo más sutil y delicado para un papá arquitecto y poeta. Ex corde.