Estar vivo y saberlo y ser además único y distinto de todo lo demás es la maravilla de las maravillas y hay que celebrarlo ahora que comienza el año. Me hizo caer en la cuenta de ello el otro día una compañera de trabajo.
Os invito a celebrarlo con este maravilloso poema que, con toda la sencillez del mundo, nos contagia de su estupor, su gratitud y su belleza.
ESTE DÍA TAN ÚNICO
Qué raro ser yo hoy
el que escucha y distingue,
el que mira las cosas y las une,
quien está en el secreto
de este día tan único.
Oigo crecer la hierba,
oigo rodar la tierra por el cielo.
¿Por qué yo?, me pregunto. Qué extrañeza.
No sé cómo ha ocurrido.
Caminaba deprisa. Me detuve
y comprendí. Y este saber me excede.
(De Quién lo diría, de Eloy Sánchez Rosillo)
1 comentario:
A veces llegamos a ser conscientes de lo que somos, de lo que valemos, de lo bueno que tenemos. ¡Lástima que se nos olvida frecuentemente!
25 neutonios conscientes, don Epifanio.
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