La poesía, como Eros, siempre se sale con la suya.
Cuando pasa mucho tiempo sin que venga, voy a buscarla a la playa, que me pone muy poético. Pero más de una vez me ha pasado que la he llamado desde allí, y nada.
Poco a poco he ido conociéndola. Y me da miedo decir que ya le he pillado el tranquillo y que ya sé qué tengo que hacer para que me haga una visita este verano: hacerme en julio un superplán de trabajo concienzudo y sesudo de mucha prosa y silogismo y, entonces, cuando más enfrascado esté en él, ah, entonces vendrá creyéndose que me estropea los planes...
Pero antes de ese superplán os voy a decir qué voy a hacer durante el mes de agosto: tomarme una coronita antes de la comida, tocar un poco la guitarra, nadar por las mañanas, desempolvar las mancuernas, cantar con mis hermanos, charlar con la gente y sonreír y, por la noche, rezar a la Doncella tres avemarías, en las que te incluyo a ti, lector querido, querida lectora.
Feliz verano y que os visite, si no el amor, al menos la poesía.
2 comentarios:
Don Epifanio:
muchas gracias por sus palabras y sus deseos.
Que se cumpla todo lo que ha planeado y que le sobrevengan muchas sorpresas agradables.
Feliz verano.
25 neutonios veraniegos.
Don Dyhego, que un verano superneutónico y feliz inunde su casa.
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