lunes, 9 de octubre de 2023

Asamblea de neuronas

Andaba yo muy mustio porque a mi edad empiezo a no recordar datos y nombres que he leído; ya me había dado por pensar que casi todo lo que leía acababa engullido por el agujero del olvido definitivo. Y de pronto encuentro en mi librería un libro sobre ángeles y de cuya existencia ya ni me acordaba, y dentro veo un folio donde yo había tomado notas con una letra muy pequeña hacía casi veinte años, décadas antes de mi presbicia. Y me puse las gafas para leer qué decían las notas, pensando que me sonarían a chino, cuando compruebo para mi estupor que absolutamente todas ellas me habían servido de un modo u otro para una novela sobre ángeles que he escrito hace unos cinco años y que, Dios mediante, pronto será publicada; todas esas notas, como pájaros que no sabían que podían volar, eran ideas que habían permanecido vivas y fecundas en ese lugar de mi mente que no es consciente pero sí activo, mío y fecundo. Mis neuronas, reunidas en secretas asambleas, me han hecho un servicio impagable. A lo mejor yo soy una creación de mis neuronas, ¡pero con cuánta fidelidad me sirven!

 

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
lo que demuestra que hay que guardar las cosas porque no sabe uno cuándo las puede utilizar...
25 neutonios almacena2.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Y de hecho, don Diego, ¡cuántas veces he lamentado haber tirado algunas cosas! 25 neutonios aprovechables