jueves, 29 de enero de 2009

Más amor y menos coherencia

Yo creo en el amor y en la bondad, pero no en la coherencia, a no ser que sea coherencia en el amor y en la bondad. Oigo decir elogios del tipo: "Es un canalla, pero al menos es coherente". Si ya un canalla es espantoso, ¡cómo será un canalla coherente! Un nazi incoherente siempre es preferible a un nazi coherente. El primero no denunciará a las autoridades el paradero de su amigo judío, mientras que al segundo le faltará tiempo para hacerlo.
La coherencia sólo tiene sentido en los discursos y en las tesis doctorales, pero no en la vida, porque la vida no es coherente. Ser coherente no me hace mejor amigo, mejor padre, mejor esposo, mejor poeta o mejor profesor. Lo que me hace mejor es querer el bien de la gente y si para quererla tengo que abandonar la coherencia, bien abandonada queda.
Como yo he criticado tantas veces cosas que luego he acabado haciendo, he aprendido que es una tontería empecinarme en no hacer lo que antes criticaba. Mi única obligación es ser más o menos buena persona, pero no mantenerme en mis trece. Me recuerdo a mis veinte años despotricando tontamente contra los pantalones vaqueros que luego fueron mi uniforme durante los diez años siguientes.
Así que, ya escarmentado, tan pronto defiendo a Platón como lo pongo a caldo. Un día critico a un periódico pero perdería el culo para publicar en él un artículo. Desaconsejo el tabaco a mis alumnos, pero fumo como un carretero.

Si la vida no es coherente, ¿por qué tengo que serlo yo? Con querer a la gente, se tiene todo. Ama y haz lo que quieras.

14 comentarios:

Er Tato dijo...

Pues hoy no voy a estar de acuerdo contigo. Por coherencia, claro.

Y no en lo de más amor, no, sino en lo de menos coherencia. Aunque yo no entiendo por coherencia exactamente lo que tú entiendes, que es básicamente, si no he entendido mal, mantenerse uno inamovible en sus convicciones contra viento y marea. No. Yo entiendo por coherencia actuar según nuestras propias convicciones en cada momento de nuestras vidas y no estar todo el día predicando sin dar trigo. Después, esa coherencia será plausible en la medida en que las convicciones a las que se sujeta lo sean.

Por lo demás, más amor, sin duda alguna. Aunque hay amores que matan...

Un abrazo

Juanma dijo...

Amén. Sólo me interesa, de mí, lo que me interesa de los demás: que sean buenos. No puedo tener cerca a alguien que tenga siquiera una pizquita de maldad.
¿Y mis principios? ¿Y mi coherencia? Soy coherente con mis principios: los tengo los suficientemente asentados como para que no me cueste mucho moverlos si llega el caso.

Un abrazo, querido Jesús.

Juan Antonio González Romano dijo...

Tato, no veo el desacuerdo: para Jesús, lo coherente es actuar siempre con ese amor a los demás, aunque eso implique ciertas actuaciones contradictorias: es el amor lo que le da coherencia a todo. Así que, amémonos. Jo, que cursilada, tan temprano que es. Será porque en el Diario de Sevilla me han presentado como pedagogo y me está afectando...

José Miguel Ridao dijo...

Veo que eres coherente en tu incoherencia, Jesús, lo que está muy bien, pues es una incoherencia presidida por el rechazo del mal y la búsqueda del bien. Un abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Bueno, me temo que Juan Antonio ha resuelto en una sencilla frase lúcida, que luego José Miguel ha rematado bien, lo que yo quería decir y por tanto el Tato y yo en el fondo pensamos lo mismo. Quiero decir que la coherencia, si no es coherencia en el bien, me parece nefasta: en sí misma, no es virtud ninguna. No es que yo crea que la coherencia sea mantenerme en mis treces, sino guiarme por mis propias convicciones. Si esas convicciones están presididas por el bien, ¡bien venida sea la coherencia! Pero también puede haber coherencia en el mal y, por tanto, la coherencia en sí misma no tiene valor moral ninguno. Un abrazo, amigos

Jesús Cotta Lobato dijo...

Por cierto, Juan Antonio, te seguiré como pedagogo en el Diario. Un abrazo a todos

Anónimo dijo...

Para mí que me llamen canalla es, casi, casi, un elogio. Y mi única coherencia, amigo Jesús, coincide con la tuya: amar. Sólo amar. Y sólo la mar, claro.

Mery dijo...

Casi podríamos entrar en una discusión metafísica sobre la coherencia, la moral en sí misma, el bien, el mal...
A mí se me ocurre además esta objeción: ¿desde cuándo empieza uno a ser coherente ? Porque si la vida es un contínuo aprendizaje y evolución, si eres coherente a los veinte años, a los cuarenta estarías obsoleto, anclado en otras décadas.
Mas amor, eso siempre.
Un abrazo

Jesús Cotta Lobato dijo...

Octavio, Mery y yo lo tenemos claro. Amemos, pues, y hagamos lo que nos dé la gana.

Anónimo dijo...

Querido y amado Jesús, no hay lugar a dudas que tus incoherencias saltan a la vista y por lo tanto creo adoleces o no crees en ella, asi que no tienes poder para expresar lo que sientes sin que quien te conozca te critique, osea, que yo no estoy de acuerdo contigo.
Solo decirte, que "Ama y haz lo que quieras" lo dijo San Agustín, el si era coherente, pues la falta de coherencia era la que no lo dejaba amar, y para amar hay que ser coherente. No te hace amar un hijo, una mujer o un perro, solo te hace amar la coherencia de tu moral cuando tienes un hijo, una esposa o una "curri", pues has pensado, has deseado y has querido eso para bien tuyo y de ellos.
Yo no soy digno de criticar a una persona por mala que sea, pues yo puedo ser peor que ella, pero si puedo hacerlo unicamente cuando mi moral, mi manera de vivir sean coherentes con lo que pienso y me agravian o agravian a los que amo, sino somos coherentes apareceran más salvapatrias, más Hitler, más Fidel Castro, más Buhs, porque ellos han actuado bajo impulsos muy, muy coherentes, bajo ideas iluminadas, pero todos han sido unos incoherentes, no se puede llenar la boca de libertad, de paz, de igualdad desde un estatus de poder y administrar esos dones como si fuese uno el posedor de ellos, de la razón pura y la verdad. Lo mas coherente que existe en el mundo para mi es una noria que está en un rio, porque solo cumple esa función, corre el rio y ella se mueve.
Pero que un joven con quince años odie los pantalones americanos ajustados y a los cuarenta los solicite y a los cincuenta vuelva a la corbata, lo veo logico y coherente, solo en un hombre por causas naturales lo entiende.
El amaor no mata, el amor es sano, el amor es necesario, el amor es triste, pero ¿hay algo mejor?
Pero curiosamente, no he conocido ha nadie que ame a todo el mundo, pero si que ame de verdad, amar es como la muerte, ambos son eternos, el que ama a una persona de verdad, jamás la odiará.
Tengo en el cabecero de mi cama un precioso regalo que me hizo alguien que me quiere, un cuadro con unas palabras tejidas a mano en un paño, que dice:
"fortis ut mors dilectio"
si sabes lo que significa pero no lo crees, es cierto que no eres coherente.
Por cierto, yo soy un incoherente para mi desgracia.
La autocensura es buena, la otra como que no

Anónimo dijo...

"Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros"

Para mí, la frase de San Agustín, mi tocayo, significa dos cosas distintas de las que dice Anónimo: la primera es que si amas no te puedes equivocar; la segunda es que amar es el único camino para poder ser libre, pues si nos dejamos llevar por lo que simplemente deseamos, ni amamos ni somos libres.

Espero que esto no vaya a más, pues conozco mis limitaciones.

Olga Bernad dijo...

Por Dios. Es difícil decir nada coherente cuando intuyes que te estás perdiendo algo. Pero la entrada me ha interesado sobremanera; también los comentarios.
Yo creo que suele confundirse coherencia con empecinamiento, auque sea en el error. Y también creo que la única coherencia posible es que haya una cierta relación entre lo que pensamos, lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos. Ahí es nada.
Saludos, Jesús.

Olga Bernad dijo...

...por tanto "ama y haz lo que quieras" es de una gran coherencia.
Que se me olvidaba:-)

Jesús Cotta Lobato dijo...

Querido elpiyayo: yo creo que en el fondo tú y yo estamos de acuerdo en la importancia que damos al amor. Es preciosa esa frase de "fortis ut mors dilectio": el amor es fuerte como la muerte. Quien te la bordó te hizo un buen regalo. En realidad tú llamas coherente al que ama y dices que para amar hay que ser coherente: en ambos casos pones la coherencia al servicio del amor. Y en eso coincidimos. Estoy seguro.
Querido Reyvindiko: riéndome estoy con el inicio y el final de tu comentario. Yo conocía el primer significado de la máxima, no el segundo. He aprendido algo nuevo.
Querida Olga: sí, creo que en la entrada he podido confundir, como también indica el Tato, coherencia con empecinamiento, cuando es en realidad esa armonía entre lo que se hace, se piensa y se siente. Pero también es verdad que, si uno ama, acaba haciendo por amor cosas que no pensaba ni sentía. Me alegro de que esa máxima también te parezca de una gran coherencia.
Un abrazo a todos.