Los árboles no pueden suicidarse,
el viento sopla sin saber que existe,
el mar ignora que lo están mirando,
la tierra no conoce sus volcanes.
En tiempos de diluvio universal,
cuando las ramas del olivo vuelan
en picos de palomas extraviadas,
ya no saben qué hacer con tanta agua
los ríos y las fuentes y las ranas.
Un hombre es una cosa que lo sabe
y saberlo no sirve para nada,
pues todo es sin querer, incluso un hombre.
Las mariposas por ejemplo insisten
en no saber que son hermosas.
6 comentarios:
BIENVENIDO 2009 !!! QUE ESTE NUEVO AÑO TE ENCUENTRE ENAMORADO DE LA POESÍA .
Quiero ver árboles bailar , dejémosno llevar camino del mar .Si soy el borde del vaso donde se deslizan tus labios no necesito imaginar para poder soñar .
Somos Universo donde no quiero dejar de flotar .
Me sigue pareciendo igual de bueno que cuendo lo publicaste el día de mi cumpleaños, el 18 de diciembre...
A veces me gustaría no ser un hombre. Para no saber, ni querer, ni pensar en suicidarme. Yo insisto en que a veces no quiero ser un hombre.
Querida Rosna: que la poesía siempre te acompañe.
¡Oño, Octavio! No había caído en que ya lo había publicado y retiraría esta entrada si no fuera porque me encanta tu comentario, por lo osado y lo caballeroso. Me parece que así eres tú.
Mi querido antónimo, si no fueras hombre, ¿quién sería mi confesor?
Osado y caballeroso. Me gusta.
Aplauso (que sabe que es aplauso).
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