El viernes me fui a la playa para llenarme de Dios y de sol, antes de empezar el curso, y para hundir en la arena mojada mis dedos hasta dejármela en mis cinco anillos. Me fui tan lejos, que en todo el tiempo que pasé allí no vi ni un alma.
Allí me puse a hacer flexiones y en la última, una ola gigantesca, de improviso, me bendijo con toda su frescura. En la cresta se transparentaron tres peces de colores.
Las olas me traían y llevaban, sin hacerme daño, como buenas amantes.
Y entonces me entraron ganas de leer poesía y saqué de mi mochila dos libros de Javier Sánchez Menéndez y uno de Ramón Simón.
Javier me habló como éramos nosotros antes de ser nosotros:/ hombres sin tiempo y sin amor. Y supe que la felicidad es una llamada de teléfono en un lugar muy público y que a mí me pasa como a él: que prefiero pensar en los cigarros:/ los puedo dominar y nunca mienten. Y como a él me dicen/ que tengo toda la vida por delante/ y yo lo que quisiera/ es tener la vida alrededor. Y aún no sé bien por qué conectan tanto conmigo estos versos: Ahora apremia el calor y apenas/ una brisa de aire por las noches/
rodea el cuerpo desnudo de un hombre/ que recuperó en otro tiempo la certeza/ y la sensatez.
Ramón describió algo que yo no sabía que me pasaba hasta que lo leí: Corazón, que tu tristeza es mía,/ que ya nos conocemos,/ ¿dónde vamos ahora con esas ropas viejas? Y me alegró la tarde con su Poderes invisibles gobiernan la alegría. Y me grabó en la retina el cuadro del que habla su hermoso poema de la Acuarela.
Gracias, Javier, gracias, Ramón, por veniros conmigo a la playa.
19 comentarios:
Gracias Jesús, pasamos un buen rato los tres.
Grandes poetas, Javier y Ramón. Sí señor, con dos cojones.
Abrazos.
Pues no había pensado nunca esa verdad tan grande: es mejor tener la vida alrededor que por delante.
Esta mañana empieza bien.
Un abrazo
Muchas gracias Jesús por invitarnos a la playa.
Pasamos un buen día entre libros, gaviotas, y la mar como fondo de un escenario mágico donde el deseo se hace realidad.
Gracias,
gracias,
gracias.
Un abrazo "una jarta de grande".
Javier, gracias a ti.
Juanma, te los recomiendo.
No cogé ventaja, si uno la tiene alrededor, la vejez es menos vejez.
Ramón, sólo faltaron tus fotos.
Jesús las fotografías
en esta dccon
http://ramonsimon.blogspot.com/
Saludos.
Don EPIFANIO:
Excelente compañía... pero si me hubieses llamado, os habría llevado unos vermuses y unas olivas, pa completar, vamos.
1 neutonio para cada uno.
Ramón, sí esas son las fotos que cuadran.
Dyhego, lástima que estuvieras tan lejos. Si nos llegas a traer vermuses y aceitunas, te habría dedicado la entrada a ti, porque nadie ha tenido jamás ese detalle tan fino y humano con unos poetas, salvo tú. Hoy diez neutonios. Por cierto, sus dos últimas entradas me encantan.
Disfruté los versos, la playa y hasta los comentarios de esta entrada. Gracias.
tres tíos que se apartan lejos por la playa... espero que Javier y Simón no llevaran sus tangas de leopardo... llevado por olas amantes, sólo te faltaba cantar soy la reina de los mares...
Gloria, lo bueno del mar es que muy fácil traerlo con palabras.
Eresmicruz, la verdad es que me sentí como el rey de los mares, porque las olas eran olas y no olos. En cuanto a los tangas, eso te lo contaré cuando te conozca. Un abrazo.
Bueno te la has pasado en la playa jajaja invitaaaaa!!!
Totalmente de acuerdo, ¿te fijas que simpre se congenia con el mar?
Anita, pues yo tengo un amigo al que el mar le parece muy pesado, todo el día ola para arriba, ola para abajo. Pero es una excepción. Como bien dices, con el mar siempre se congenia. Un abrazo.
Qué envidia me das Jesús; por volver a la playa que me parece tan lejana después de sólo diez días y por poder ir sin niños que te impidan leer.
Por cierto, la imagen de la acuarela que todavía queda grabada en mi retina es ésta.
Playa, poesía, Javier, vos... (al que no conozco aún más que por sus fotos es a Simón, pero ya lo has solucionado tú un poco;-)
No le hables de esas cosas a una chica de secano que está estudiando ahora mismo áridas leyes por cuestiones laborales, jooooooooooo
Un beso, y a seguir disfrutando con la vida alrededor.
Alejandro, se conjuraron los astros de manera que pude hacerlo. Pero en las playas los niños tienen tantas cosas que hacer, que dejan a los padres leer un poco. Un abrazo.
Olga, el sacrificio de las áridas leyes será recompensado con algo muy bueno. Estoy seguro. Y dejo ya la playa para el verano próximo. Un beso.
Wooow... sin comentarios, que experiencia mas maravillosa. Parece que el mar no solo cubrió tu cuerpo sino limpió con su sal tu alma y en sus olas meció a la poesía. Dichoso momento! Saludos
Pandevil, te recomiendo el mar para señalar un gran momento. Un beso.
Qué estupenda idea tuviste llevando poesía al mar.
Me ha gustado mucho ese "..y lo que yo quisiera es tener la vida alrededopr".
Un abrazo
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