Visualice usted su língam e imagine que alcanza veinte veces al día el clímax. Verá lo bien que se lo va a pasar imaginándolo.
Pero si usted quiere pasar de la imaginación al hecho, recurra a la siguiente modalidad amorosa adaptada a las costumbres occidentales.
El hombre y la mujer deben sentarse el uno frente al otro en la postura de la tortuga del pabellón celeste. Mientras él concentra su energía en el punto del millón de piezas de oro, ella se unge de perfume y achina los ojos.
Él dirá: Las lluvias en el río Amarillo se derraman en el equinoccio del año del cerdo.
Y ella responderá: Escanciemos el licor de sake en la copa de jade.
Entretanto, ella visualiza el língam de su compañero como una cuerda con un nudo marinero o de presilla de la alondra en el jardín del harén del emperador. Y él visualizará el yoni de su compañera como un oso panda comiendo bambú
Él dirá: Ormrm
Y ella: Airnrn
Él: Slurb, gngnlhl (siempre controlando su respiración)
Ella: Oig, oiiiigh.Es oportuno adoptar en estos casos la postura de la ostra en el plato de la geisha (previa consulta con el médico).
2 comentarios:
Hay gustos para todos...
Si uno no ha conseguido con esa técnica su objetivo, al menos se habrá divertido. Tienes razón, yomisma. En la variedad está el gusto. Un saludo
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