Leo en la prensa que un brasileño ha sido detenido tras violar cuatrocientas vacas para resarcirse de una frustrante experiencia que tuvo en su adolescencia con una prosti. Si no fuera porque tras violarlas las mataba, yo siento más compasión por el brasileño que por las vacas. Todas las parafilias sexuales me parecen algo asquerosillas, pero la zoofilia es la que mejor entiendo. Una persona a la que aprecio muchísimo me contaba que allá en el campo donde él vivía era muy habitual que los jóvenes de su edad, mientras guardaban el rebaño, se desahogasen así. Una mujer es mucho más difícil de conseguir y conquistar que una cabra. Siento más lástima que asco por personas así, porque tienen una luz, la luz de Eros, y en vez de dedicarla a alumbrar con ella a otra persona, la esconden en un establo. Tienen la sed del otro, pero no el valor para apagar en el otro esa sed. Y por eso se conforman con un animal, que es casi otro.
Felices noches de verano.
2 comentarios:
No los entiendo, pero como dicen que sobre gustos no hay nada escrito... ¡Y mira que cargárselas! El ser humano no deja de sorprenderme.
Feliz y caluroso día ( al menos en mi ciudad)
En la mía hace mucho calor, pero el día ha sido feliz. Gracias
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