jueves, 4 de diciembre de 2008

Bésame

El camarero del bar donde reposto antes de trabajar es un forofo de la buena música. Siempre nos sorprende con novedades y discos perdidos. Pero hoy nos ha torturado los oídos con un ruido atronador titulado Bésame. Tardé aproximadamente toda la canción en darme cuenta de que lo que el cantante repetía una y otra vez como una amenaza, con un grito ronco que brotaba no ya de la garganta sino de los abismos estomacales como una batería de pedradas y cadáveres, era ni más ni menos que Bésame. Al aparecer ese imperativo estaba dirigido a una chica, no a una bestia. Comprendo que su chica tarde toda la canción en decidirse a besarlo.

3 comentarios:

Juanma dijo...

No se lo tengas en cuenta, que todos tenemos alguna vez un mal día.
Un abrazo, querido Jesús.

Anónimo dijo...

El grito nunca viene bien ni antes, ni durante, ni después del beso. Si se produce, algo mal se está haciendo. Yo en esto, lo siento, soy muy becqueriano, por aquello de decir las cosas al oído y a solas...

Jesús Cotta Lobato dijo...

Pues eso, que un beso no se puede pedir a gritos. Si la Bestia se lo hubiera pedido a la Bella a gritos, la Bella jamás se lo habría dado. Un abrazo, amigos