Por vez primera me planteo un verano sin obligaciones autoimpuestas. No me diré cosas como: organizaré el garaje y la biblioteca, acabaré tal novela, me leeré este lote de libros, haré tal tanda de ejercicios, llamaré a tales personas...
Me he dado cuenta de que yo, que me paso la vida predicando contra las obligaciones que nos amargan la vida, soy especialista en obligarme.
Voy a matar a Platón este verano. Estrecharé el brazo de Aristóteles, que era más peludo que Platón. Si escribo algo, será poesía gozosa y erótica.
Será un verano de estrellas fugaces en la terraza, café frapé con mucho hielo, guitarra, óleo, hacer el bestia en la piscina, elaborar platos curiosos con mis hijas y, de vez en cuando, una escapada a las playas más solitarias.
Y sólo rendiré cuenta ante mis hijas.
Que no se me olvide.
25 comentarios:
Buen plan.
Cuanto buen propósito, Cotta. Yo a veces también los hago y reiteradamente los incumplo, porque para eso estan los propósitos de verano, para incumplirlos al calor de la pereza estival y la brisa de las noches dilatadas. Este año tengo pocos planes y ningún propósito. Eso sí, un café frapé con usted si me tomaría.
Un abrazo.
Gerardo
¡Quiera Dios y su santísima voluntad que así sea! ¡Amén!
Vaya planazo, Jesús, qué sabio eres. Me apunto a lo de eliminar en verano los "debería" que tanto nos amargan a veces.
Un abrazo.
Aurora
Súmate al plan, tocayo.
Gerardo, yo me tengo que plantear como propósito no tener propósito, pero tú ya lo has conseguido: no tienes propósito. El frapé queda pendiente.
Dyhego, querrá.
Aurora, no es que sea sabio. Es que si a mis taypico años no he escarmentado, sería tonto.
Yo hace años que tomé esa determinación: agosto es el mes sin obligaciones. Uno al año es imprescindible para aguantar los once restantes. Leer lo que me venga en gana si me viene en gana; escribir lo que se me ocurra, tumbarme, comer, pasear, bañarme, estar con mis hijas, algo de deporte al amanecer cuando me despierte con ganas y ánimo. Y si no, no pasa nada. Ya llegará, ay, septiembre.
Así que enhorabuena por tu decisión.
Veo, Juan Antonio, que has llegado a la sabiduría antes que yo. Un abrazo.
Por lo que cuentas, Jesús, nos vamos a ver bastantes veces este verano. Ya no serán tan solitarias esas playas.
A disfrutar, que nos hace falta a todos.
Unb abrazo
Pues yo no me autoimpongo obligaciones, pero se le quita el "auto" y vienen ya impuestas, con mis cuatro churumbeles. Miedo me da el verano... Ya sé que es felicidad, pero en próximos años creo que disfrutaré más, actualmente es 100% niños. Un abrazo, Jesús.
¡Eso es un verano de los de verdad!
¡Disfrútalo!. El recuerdo que tengan tus hijas de sus veranos lo vas a decidir tú. Yo tengo unos recuerdos maravillosos de los míos y me encantaría que mis hijos pudieran decir lo mismo.
Así debe hacerse, en determinados momentos de la vida!
Yo me uno a José Miguel Ridao: a esperar que los niños sean mayorcitos para que, ellos, Lola y yo podamos hacer lo que nos venga realmente en gana.
Cumple con todo eso, Jesús, que así da gusto.
Un fuerte abrazo.
Yo el verano lo consagro a mis mujeres. Esto es, al placer, mayoritariamente. Presentes sucesiones amatorias, o sea.
Un abrazo, Jesús. Memento hominen, etc.
Miradmealmenos, será un placer conocerte en playas solitarias. Un abrazo
José Miguel, yo también me siento dividido entre mi deber y mi querer. Por fortuna, el amor es lo único que puede tender un puente entre ambos. Y amor tú tienes mucho.
Maite, ¡qué responsabilidad! Haré lo posible por que se lo pasen bien.
Moderato, el verano es el momento. El resto del año las obligaciones nos abruman con su peso.
Juanma, siempre habrá un momento para ti y ella solos. Si no, búscalo. Un abrazo para ti y tus churumbeles.
Octavio, el verano es para el amor y las mujeres. Y me pasa como a ti: el recuerdo de la muerte me invita a valorar la vida.
Que se cumplan todos, todos y cada uno de los objetivos previstos para este verano.
Te deseo lo mejor, siempre.
Seguro, Javier, que la benevolencia con que me lo deseas garantizará que se cumpla. Un abrazo
Qué optimismo, pero si ya es otoño.
José María, son las ganas de que llegue el verano las que me hacen que me adelante. Un abrazo
Las palabras se las lleva el viento, lo de rendir cuentas las tendrás que rendir en el verano, pero ante tu amada esposa. Lo del garaje lo dejas que es una deuda que tu hermano tiene contraida contigo.
Dedicate a coger alcapparras, a liar cigarrilos con tu maquinita, a escribir lo que con el tu estresante trabajo te impide, la comida, pones mucha voluntad, pero siempre la c......s
Creo que has hecho propositos de los que se hacen al terminar el año y nunca se cumplen.
¿Y si el verano no llega? Como está lo del cambio climatico, por eso lo digo.
Asi pues, alegrate con lo que aún no ha llegado y no sufras por lo que ahora pasas, el verano es para los ricos, no para las hormigas.
Jesús, pues en lo que pueda me cuelgo con vosotros. Me encantan tus planes para este verano. Ya sabes que para todo puedes contar con nosotros, con nuestra casa, con nuestra piscina, con MI Thermomix y mi horno nuevo.
Besos preveraniegos.
Mirna, qué diferente tu mensaje del de Anónimo. Tú te sumas a mi plan y me animas a seguir por ese camino. Anónimo, sin embargo, me habla de la muerte y de lo vanos que son esos propósitos. Pero está bien que así sea. Este Anónimo se va a enterar: voy a preparar este verano unos platos exquisitos y se va a tener que tragar eso de que siempre estropeo las recetas. Un beso para los dos.
Querido Jesús, es evidente que las palabras se las lleva el viento, pero y ¿qué me dices de las palabras que escribes cada día aquí y nos anima dándonos unos momentos de tranquilidad?
Tranquilidad es lo que buscamos ansiadamente.
Por mi parte, me uno a tus intenciones y palabras: Mientras camine hacia Santiago de Compostela, me acordaré de tí y pediré que estés disfrutando de tu esposa e hijas y sin pensar en ninguna obligación.
Un abrazo, maestro de palabras.
En mis veranos mas iluminados, hasta me quitaba el reloj...
Y, cuidado, que estás a punto de autoimponerte lo contrario de lo autoimpuesto otros años, lo que acaba siendo otro modo de obligación ¿no?
Ay, que me lío.
Un beso, Jesús y buenas noches
Jesús, me parece genial tu opción para el verano, lo primero es lo primero... yo, de momento, todavía no soy capaz de dejar de autoimponerme tareas... espero aprender algún día de tu serenidad. Un abrazo.
Rubén, no soy un buen ejemplo: éste es el primer verano en que me autoimpongo el deber de no autoimponerme deberes. Un abrazo.
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