Desde que Rousseau dijo que el hombre era bueno por naturaleza y la sociedad lo corrompía (habrá que suponer que se trata de una sociedad no compuesta por hombres que tan buenos son, sino por demonios o extraterrestres), empezó a cundir la idea de que el delincuente no era culpable de los delitos, sino que era la sociedad la que lo empujaba a ellos.
Desde entonces el concepto de culpa, que siempre había sido claro y diáfano, se corrompió, diluyó sus horizontes, se compartió sin querer. Resulta que usted tiene la culpa de que un tipejo le robe las joyas. Usted lo corrompe teniendo riquezas tan tentadoras. Los ladrones no serían ladrones si no hubiera nada que robar: se lo ponemos muy difícil. La solución no es, pues, encarcelar al ladrón, sino quitarle a usted las joyas. ¿A quién se le ocurre tener bicis y joyas y, encima, tener la pretensión de que no se las roben?
16 comentarios:
Yo me creo más lo de Hobbes:
"homo hominis lupu".
El hombre es lobo para el hombre.
Aunque también intento pensar que no siempre es así.
La descarga de culpas y responsabilidades, ha sido un paso atrás.
Oye, Jesús, ese tal Rousseau no será uno de esos progres modernos y buenistas que tanto abundan ahora ¿no? Me suena haber leído algo de él, no sé qué de un contrato, pero ahora no caigo. ;-)
Un abrazo
Rousseau hizo tanto daño con su "buen salvaje" como la Andie Madgogüel y la PeCruz con eso de que "toiquio me lo merezco poique yo lo vargo".
1 neutonio
"Uno de las grandes tentaciones del hombre moderno es la de inocentarse", dijo, más o menos, María Zamabrano.
Tengo un amigo muy bruto, que dice que los violadores existen porque las mujeres les provocan. Exclusivamente por eso.
Cuando llega el calor, se visten tan desangeladas, que parece que lo piden.
No estoy de acuerdo con él, pero a veces creo que tiene razón.
La culpa, a quien?
Respondo a Javier aunque estemos en la casa del señor Cotta: La seducción es un juego peligroso y por eso mismo atractivo. Nada disculpa una violación. No obstante,las mujeres nos indican lo que quieren que miremos y no tienen derecho a quejarse si las miramos. ¿En qué quedamos? Yo en clase, a veces, tengo que renunciar a pasearme por la clase porque no me queda más remedio que ver de qué color es el tanga de todas las alumnas o incluso más de una hucha. Si me doy un borneo por la clase pensarán que soy un viejo verde asqueroso y salido que va a mirarles el culillo a las zagalas.
Ay, Señor; como decía Pedro Almódovar: "hagas lo que hagas,... ponte bragas".
1 neutonio para los dos, para Jesús y para Javier.
Cuando era pequeña decíamos la niñas en el cole (por eso de que jugando las faldas terminaban por no tapar nada) "El que enseña cristiano y el que mira marrano"...claro, que los chicos podian decir lo contrario.
El buen salvaje era salvaje al fin y al cabo...
Buena etrada, Jesús.
Jesús, no siempre es así. También existe la bondad.
Tato, ¡ay ojalá ese libro tan sólo nos sonase a campanas remotas y lejanas y viejas!
Dyhego, no se me había ocurrido lo de Pe. La verdad es que tan surrealista es achacarse todos los méritos del mundo como quitarse todas las culpas.
Suso, nuestra María siempre tan lúcida. Todos sufrimos la inocentación del otro y así la vida es muy complicada. Por eso son mejores la culpa y el perdón. Nos iría mejor.
Javier, tu amigo es una versión bestia de Rousseau, algo así como si dijéramos: "Los violadores son muy buenos, pero las mujeres, con tanta minifalda, se lo ponen muy difícil". Yo, sin embargo, no entiendo cómo hay gente que se empalma con la violencia. A mí la violencia no me pone Lo que me pone es el guiño.
Dyhego, eso es cierto. Una mujer que enseña las tetas no puede quejarse si un hombre babea. Las tetas, desde que probamos la manzana, dejaron de ser inocentes.
Maite, creo que todo se arreglaría enseñando y mirando con elegancia y buen gusto, sin que se note demasiado, pero un poquito sí.
Julio, el buen salvaje era un bruto al que no se le puede provocar, porque, si no, te mata y encima es culpable. Un abrazo, Julio
Es como la sobadísima frase: mi hijo era bueno, lo fastidiaron las malas compañías.
Si su hijo era bueno ¿por que se junta con los malos? ¿No será que su hijo ya es una mala compañía de por sí?
Vade retro tanto inocentarse, como ya apunta Suso mas arriba.
Un beso
Estupendo ejemplo, Mery, práctico, sencillo y diario.
Tienes razón Jesús, y opino igual que tú. Pero existir existen y muchas veces el guiño se convierte en despropósito.
Gracias.
Salía con mi santísima esposa del médico el otro día y oigo a una señora mayor haciendo tiempo con la secretaria: "Mi nieto ha suspendido todas en 2º de ESO, ¿de quién es la culpa, de los padres o de los profesores?"
Yo me callé porque el médico era de pago, no tenía ganas de follón (ya había tenido clase con un refuerzo de lengua esa mañana) y la mujer no tenía cara de entender el "señora,ynosepreguntaustedporelniño" que se me envenenó en la lengua.
Javier, claro que las hay. Por un lado, está claro que el violador es el culpable, por mucho que la mujer vaya provocando, porque la libertad de expresión es un derecho y la violación es un delito. Esa es una verdad moral grande como un templo. Luego, en la realidad, las mujeres hacen bien en ser prudentes, porque hay machos sueltos que son auténticos violadores. Por desgracia, no todas las mujeres son prudentes.
Reyvindiko, ése es un claro ejemplo de la inocentación de la que han hablado aquí. Ese ejemplo lo sufrimos los profesores día a día.
Infiero que los políticos sólo han leído a Rousseau o al menos eso eso es lo que nos proyectan.
Un saludo, Jesús.
Sí, Miradmealmenos, los políticos son especialistas en culpar al sistema, al otro, a las circunstancias, al "comportamiento de los precios. En fin. Un abrazo.
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