Pueden ser estas cuatro:
1. Príapo (de 1 a 10 años): el niño está fascinado con ese juguetito que tiene vida propia.
2. Afrodita (de 10 a 20 años): lo importante ya no es el juguetito, sino las sensaciones que con él se consiguen.
3. Eros (de 20 a 30): lo importante ya no es sólo procurarse las sensaciones, sino compartirlas, abrirse al otro. Es entonces cuando se descubre que las caricias de otra persona son mucho más interesantes y estimulantes que las propias.
4. Amor (de 3o en adelante): lo importante es el polvo enamorado, la donación de lo mejor del cuerpo, lo más tierno del corazón y la benevolencia de la voluntad.
Lástima que estas cuatro fases no vengan siempre en orden lógico y cronológico, sino como a ellas les da la gana.
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