jueves, 5 de febrero de 2009

Justicia biológica

En mi viaje de fin de estudios en octavo de EGB fuimos a Mallorca. Por las noches, en el hotel, nos pusimos una vez a jugar a las prendecitas. Era una excusa para empezar con los besitos. Al guapito y chulito del grupo le tocó en suerte darle un beso a la chica más alta y gorda, que tenía, no sé por qué, fama de fea. El guapito se negó en redondo a darle el beso y tuvieron que agarrarlo entre siete para obligarlo. Aún me conmueve lo mal que la pobre chica ocultaba su humillación.
Pasaron muchos años y un día la vi en las calles de Málaga a ella y otro día lo vi a él. Él seguía siendo tan retaco como siempre, con la misma cara aniñada y dulzona que antes causaba furor en las adolescentes, pero que en un hombre no resultaba nada atractiva. A ella me costó reconocerla: era una mujer guapísima, altísima, elegantísima.
Me alegro de que el crecimiento haya puesto las cosas en su sitio.

15 comentarios:

Juanma dijo...

El paso del tiempo, bendito aliado tantas veces...

Un abrazo, querido Jesús.

Juan Antonio González Romano dijo...

Dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio.
¿Pudo tener que ver aquella humillación en que ella se esmerase por mejorar y ser una mujer espectacular? Ya sabemos que no hay mal que por bien no venga.

Anónimo dijo...

Somos muchos los que mejoramos con la edad...

Olga Bernad dijo...

Vaya, el mundo de la primera adolescencia es muy, muy cruel. A veces el tiempo convierte a los patitos feos en el cisne que llevaban en sus genes. Pero no siempre es así, a veces el asunto no tiene remedio y la humillación continuará siempre. Las cuestiones estéticas son una tortura (para la mujer, sinceramente, mucho más) de la que es muy difícil escapar. Luego nos extraña que haya anorexias, bulimias... en mi instituto hubo hasta un intento de suicidio. En fin, en este caso cuentas una historia con final feliz, como a mí me gusta:-)
Un saludo.

José Miguel Ridao dijo...

Seguramente ese chulito se sigue creyendo un Adonis. Debería encontrarse con ella por la calle, echarle un piropo y ella responderle: "¿hombre, X, no te acuerdas de quién soy? Vaya, parece que el tiempo no ha sido amable contigo". Ya sé que es venganza, pero dulce y merecida.

Un abrazo.

Mery dijo...

Huy, si, las venganzas en frío dicen que son exquisitas. Claro que la conciencia de un mal acto a los catorce no es la misma que a los taytantos, así que no es equiparable.
En todo caso, la madre Naturaleza cumple su función.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Bonita versión real del patito feo. jajajajaja
Un saludo Gerardo

Jesús Cotta Lobato dijo...

Juanma, Juan Antonio y Octavio, ¡qué bien que el tiempo lo ponga todo en su sitio! Y espero que aquel mal rato que pasó ella sirviera, como dice Juan Antonio, para dar un giro a su vida.
¡Sí, Olga, qué dura la vida del muchachito con acné, de la muchachita en la que no se fija nadie! Menos mal que los hombres luego maduran y encuentran joyas donde antes los adolescentes sólo veían una niña fea.
Y a Gerardo, Mery y José Miguel, un abrazo muy fuerte.

Anónimo dijo...

Recuerdo una vez en la que comentábamos cómo la gente tiene la esperanza (basada a veces en la simple envidia) de que la justicia actúa en la tierra: el feo y antipático tendrá suerte en la vida y a la guapa y rica le saldrá un cáncer en cualquier momento.
No sé por qué nos empeñamos en esperar ese tipo de "justicias" de un justiciero o juez, parece que a más de uno lo consuela.
De cualquier modo, la historia me llena de satisfacción con la humillación final del chulito.

Anónimo dijo...

El tiempo nos pone a todos en nuestro sitio, recuerda al patito feo, era realmente un cisne majestuoso, además una mujer tiene trucos para arreglarse y el hombre solo parches para afeminarse.
En cuanto a que a ti te gusta una mujer por partes, solo he querido decir que tu vas buscando virtudes y partes bonitas de ella,para descartar recrearte en ella lo antes posible, claro que a veces si lo que te gusta más está a la vista cuesta algo más deshacerse de tan hermosa tarea, lo que no se hace nunca es satirear ni que ella se sienta ofendida o engrandecida, cosa que se tu haces.Tampoco se por donde empiezas jaja (lo llevas en tus genes Cotta)
El misterioso anonimo ha sido durante años, con cariño, una mosca cojonera en tu vida, mientras a ti te gustaba Karina a el le gustaba Janis Joplin jajaja.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Esta vez, Reyvindiko, la naturaleza ha hecho justicia. ¡Qué bien!
Querido anónimo: yo ya suponía quién eras. El tono de tus comentarios te delata. Es cierto: de niño a mí me gustaba Karina y me reía de que te pudiese gustar la voz rota de Joplin. Ahora es al revés: me gusta Joplin. En cuanto a lo de la belleza y lo de la mujer, me lo tendrás que explicar en privado. Eso sí, en los genes uno lleva de todo... Ex corde, anónimo

Julio dijo...

O ella le podría decir "Ojalá llegues a la edad que representas, so mamón"

Ildefonso Coca dijo...

Sin ánimo de polemizar, ¿qué han hecho respectivamente para tener ese físico en ese momento? ¿Le daría ella un beso?
Un saludo

Alonso CM dijo...

Comparto la opinión de Ildefonso. Creo que no existen los patitos feos. El maniqueísmo extremo resulta muy injusto.

Jesús Cotta Lobato dijo...

¡Hola, Ildefonso! Bueno, ella consiguió darle el beso y quizá tenga razón Miradmealmenos, porque he cargado las tintas al describirlo a él de adulto como insulso y aniñado, pero ¡me dio tanto gusto comprobar que él no había mejorado con los años y ella sí! Un saludo a Ildefonso y a Miradmealmenos.