jueves, 11 de junio de 2009

Mi primer desodorante

Recuerdo con una extraña mezcla de humillación y agradecimiento el día en que me dijeron que no bastaba con que me duchara todos los días, sino que, además, tenía que echarme desodorante. Seguramente, si no hubiera sido un poco humillante la experiencia, no habría calado tanto en mí el mensaje. Tanto, que a veces me preocupa pensar que de viejo no podré valerme por mí mismo para ducharme y asearme.
No es fácil decirle a alguien que se eche desodorante. ¿Qué fórmulas se deben usar?
-Mira, nene, te canta el alerón.
-Mira, quería decirte algo muy íntimo, pero no te molestes. Verás resulta que...
-Aquí, y no quiero señalar a nadie, hay alguien que no se echa desodorante.
No es fácil. Por eso, si hay buena intención pero no unas formas correctas por parte del que te lo dice, uno se porta mal si se lo toma a mal.
Contra soberbia, gratitud.

22 comentarios:

Dyhego dijo...

Cuando tengo una clase únicamente de varones, yo no me corto un pelo y les digo que todos los días hay que ducharse y que en caso contrario, por lo menos lavarse los pies, los sobacos y los "güevos".
1 neutonio

Máster en nubes dijo...

Me he acordado de esos cuartos de hermanos o primos adolescentes con las zapatillas de deporte en la ventana, para ventilar :-), en fin.

Pero lo mejor, el final. Contra soberbia, gratitud. Es buenísimo, en esta ocasión y en otras, creo.
Un abrazo

Aurora

Ranzzionger dijo...

Ay esos olores de la adolescencia y esos abandonos sobaqueros. Una buena táctica, si se trata de una clase, es utilizar la sutileza de proyectarles una colección de imágenes de Camacho cuando era seleccionador de fútbol.

lolo dijo...

Contra soberbia, humildad; demasiado trabajo directo contra lo que a uno le sale.
Sin embargo, la gratitud está más a mano, cuando entendemos que olemos mal. Y si te dan el desodorante, con cariño, mejor. Otra vez lo agradeces, y eso te hace humilde.

No creo que cale más si nos humilla.
Luego te pones enfermo, no hace falta ser viejo, y piensas todo el rato que no eres nadie si hueles.
Luego te lavan y lo agradeces.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, la verdad es que en clases de varones yo también he dicho alguna cosa así, aunque sin nombrar tan explícitamente las partes. Muy bien que haces.

Máster, lo malo es que lo primero que sale es la soberbia. Y luego la gratitud. Eso endulza la vida.

Ranzzionger, utilizaré tu táctica y te contaré.

Lolo, desde luego humillar nunca está bien, pero quería decir que a veces el que te tiene que decir algo desagradable pero necesario no siempre tiene el tiempo, las ganas, la inteligencia o el cariño para decírtelo sin herirte, y resulta que como no hay mal que por bien no venga, esa humillación puede que haga que el mensaje no se te olvide. Un abrazo.

josef dijo...

El olor a sobaco es un olor tierno, yo no me echo desodorante, prefiero la colonia. hay desodorantes que huelen peor que los sobacos jeje!

Jesús Cotta Lobato dijo...

Moderato, supongo que hay sobacos y sobacos y que un mal desodorante es peor que un buen sobaco. En fin, en qué lío me estoy metiendo.

Dyhego dijo...

Al margen de bromas, el olor corporal es muy molesto y no es patrimonio ni de hombres ni de mujeres. Yo tengo clases multiétnicas y os aseguro que cochinos los hay nacionales e internacionales. Y me da már vergüenza decírselo a chicas que a chicos. Con las chicas tengo que ir con mucho tacto, pero con ganas me quedo de decirle a más de una: guapa, creo que la última vez que te duchaste fue cuando te vino por primera vez la regla...

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ay sí, Dyhego, yo a una chica soy sencillamente incapaz de decírselo. Gracias a Dios, en ellas es menos frecuente.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ay sí, Dyhego, yo a una chica soy sencillamente incapaz de decírselo. Gracias a Dios, en ellas es menos frecuente.

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

Yo utilicé una vez el que no te abandona, estoy esperando los papeles del divorcio para poder comprar otro.
Un saludo

Mery dijo...

Una vez tuvimos que decirle eso a un amigo que se presentaba a una entrevista de trabajo sin desodorante. Un bochorno espantoso.
Y, para mas inri, descubrimos que tendía a comprarse desodrantes pésimos que olían aún peor.
Una disfunción de la pituitaria, digo yo.

Un beso

Julio dijo...

De chavalillos las hormonas nos hacen oler a tigre, ¿a que sí?

ReyVindiko dijo...

Mi mujer tuvo una clase de 2º de la ESO en la que entraba con ambientador y mascarilla. Y en vez de repartir, como el gobierno, preservativos, repartía jabón.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Antonio, afortunado tú que nunca has sido traicionado. A casi todos los mortales, sin embargo, alguna vez el desodorante les ha puesto los cuernos. Un abrazo.

Mery, pobre amigo. Yo también se lo tuve que decir a un compañero. Ni encontré las palabras adecuadas ni él se lo tomó a bien ni comenzó a usar desodorante.

Julio, ¡qué época aquella en que nos inaugurábamos como hombres! Creo que hablaré de ella pronto.

Reyvindiko, ¡olé tu mujer! Yo haré lo mismo el curso próximo.

Lola dijo...

Me alegra que alguien hable del tema, pues no quiero ni contaros cuando además tu profesión te obliga a acercarte a la zona olorosa más de lo deseable, y si encima es durante el embarazo... puaj!!
En la consulta tenemos un frasco de colonia para cuando se van los "olorosos", y las ventanas abiertas, pero a veces aún así da vergüenza que el siguiente note los olores. Deberían añadir al listado de "obligaciones y derechos de los pacientes" algo como "acudir aseados es imprescindible para poder ser atendidos".
Un saludo!

Mirna dijo...

El primer año que di clases, me tocaba siempre a última hora del día con un 2º de BUP. Había mayoría de chicos y además eran muy puercos, en todos los sentidos. Yo empecé hablándoles de si llegaba la primavera, que si habían hecho deporte, que si... que si... Pero nada. Había que dejar puertas y ventanas de par en par. Hasta que un día entré y di la clase con una mascarilla puesta. Al día siguiente, todos traían un bote de desodorante. Nos reímos mucho, pero dejaron de apestar... hasta que alguno tenía un escape trasero, qué guarros que eran.
Besos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Hay que usar la piedra. Esa piedra que dura un año.

Lo malo es que a veces se confunde, con la piedra filosofal.

tecla dijo...

Jesús qué risa Jesús.
La verdad es que eres encantador.
Espero que si alguna vez me encuentro contigo, tengas la confianza de decirme si necesito ponerme desodorante.
Y tú Dyhego (anda que) pero qué bruto eres.
En una ocasión le dije a un alumno que se tenía que duchar antes de venir al colegio, y me contestó haciendo pucheros ¿Pero cada día?.
Poco menos que si le condenara al infierno por toda la eternidad.
Pobrecito.
Se estaba quedando sin amigos porque decían que olía mal.
Me ha gustado mucho tu texto Jesús

Dyhego dijo...

a Tecla:
a veces hay que ser bruto si quieres obtener fruto.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lola, sé de las cuitas de los que trabajáis en hospitales y sanatorios. Se podría poner un cartel que dijese: "Recuerde, paciente, la higiene personal le hace a usted más amable. Será mejor atendido".

Lola, tú tuviste la delicadeza de decírselo bien y no te preocupes si se echó a llorar. Tarde o temprano, te recordará con cariño.

Mirna, lo de la mascarilla es una idea estupenda. Al que saque mejor nota le regalaré un kit de buenos olores.

Javier, dime el nombre de la piedra anual, no sea que la confunda yo también y acabe filosofando pero oliendo mal.

tecla dijo...

Diego, te he dicho bruto pero me caes muy bien.
He intentado entrar en tu blog, pero internet no me dejó.
Lo seguiré intentando.