-Escribir una novela ambientada en la Guerra Civil
-Dormirme en el mejor momento
-Seguir los consejos de mi padre
-Ciertas cosas contra los que años antes había lanzado furiosas catilinarias
-Deporte
-Objeción de conciencia y acabar admirando los valores militares
-Asesoría amorosa
-Afirmar que soy humilde una vez que me llamaron soberbio
-Y otras muchas cosas que no digo porque no me dejan en muy buen lugar
2 comentarios:
- Oir palabras necias.
- Quedarme empanada viendo una película y sufrir una crisis por ella.
- Leerme un libro que me encanta parando a conciencia ( y con mucho esfuerzo por mi parte) para que no se me gaste esa sensación agradable.
- No dormir pensando en el desenlace de un libro.
- Arriesgar por un amor que de antemano sabía perdido.
- No callarme.
La lista se puede hacer grandísima ¿verdad?
Saludos.
No sé a usted, pero a mí este ejercicio me ha resultado muy liberador. En esas cosas que uno pensó que jamás iba a hacer se conoce uno mucho mejor. Y ahora que veo su lista, me parece que la mía se quedó corta. La de usted es más bonita. Ex corde, Jesús Cotta
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