Hoy lo veo claro. No más gustirrinines para el cuerpo. En vez de cerveza, agua pura. En vez de tapitas, verduras amargas. En vez de siestas, flexiones. En vez de baños calientes, ducha fría. En vez de trasnochar, dormir ocho horas. En vez de cigarrillos, menta poleo. Y cuando el cuerpo se me convierta en pura luz, me atiborraré de morcilla para bajar de nuevo a la tierra y no decir más tonterías.
5 comentarios:
Jesús,mortificación viene de muerte, hay que vivir y disfrutar los placeres de la vida. Olvídate de eso. No te veo de anacoreta tú eres un hombre vivo y muy vivo.
Me recuerda al del chiste:
-Le quedan a usted tres meses de vida...
-¿Y qué puedo hacer, doctor?
- Pues, a partir de ahora, nada de marisco, ni de carne, ni de alcohol, ni de tabaco, ni de sexo.
-¿Y cree usted que así viviré más tiempo?
-No, pero se le va a hacer larguísimo...
Esto es lo que se llama neuras ecológicas, es un afán por acumular de golpe todas las cosas que deberíamos hacer espaciadas y poco a poco y eso, querido amigo, es imposible, ¿verdad?Déjalo como propósitos de año nuevo, que como todo el mundo los abandona te sentirás mejor, ya se sabe, "mal de muchos..."
Un abrazo...
Querido Antónimo: me encantan tus comentarios y te echamos de menos. Creo que son los hombres más vivos los que más necesidad tienen de mortificación, pero en realidad en esta entrada no estaba yo poniéndome espiritual, sino todo lo contrario. Un abrazo.
Querido Juan Antonio: de todas las cosas de las que se tiene que privar ese pobre hombre, lástima que el tabaco y el alcohol sean nocivas. Un abrazo
Querida Yomisma: sí, el 31 de diciembre pondré una entrada con mi ristra de bien intencionados propósitos. ¿Por qué será que nos los proponemos sabiendo en el fondo que no los vamos a cumplir? Un abrazo
No te compliques la vida, "niño mio" disfrutala,que ya vendrán las vacas flacas.
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