lunes, 20 de octubre de 2008

Lista de propósitos

¿Qué cosas puedo cambiar de mí y cuáles no? Desde que tengo trece añitos, he ido apuntando en agendas, libretas y servilletas de bar propósitos de enmienda, que iban desde dejar de fumar a leerme Las mil y una noches. Me enternece la ilusión con que escribía yo todos esos propósitos que quedaban casi siempre sin cumplir y que, si los cumplía, han pasado sin pena ni gloria en mi recuerdo, pues ¿acaso ha sido gran cosa leerme Las mil y una noches?
Las listas de propósitos se han ido haciendo con los años cada vez menos ambiciosas y aun así la mayoría de ellos acaban sin cumplirse. Me temo que, cuando tenga ochenta años, en mi libreta de propósitos sólo figurará uno: seguir vivo y no dar demasiado por saco.
A veces la ilusión del cambio dura meses. Me paso varios meses con fuerzas para sacarlo todo adelante, para escribir y ser buen padre, buen profesor, buen hijo, buen amigo, buen vecino y, de pronto, cataplón, la fuerza que me sostenía desaparece como por encanto y entonces me dejo llevar por la inercia, hasta que llega un viento propicio y empuja la barquilla hasta una caleta y allí descanso un poco y reviso mi lista de propósitos: las cosas han cambiado demasiado y hay que cambiarlos por tanto.
Yo no sé qué haría sin mis listas de propósitos. Para mí sería como ir en medio del océano sin brújula. Hoy voy a hacerme una nueva lista.

5 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

Primera tarea para tu lista: no descuidar el blog. Te lo agradeceremos.

Yo misma dijo...

Me gusta plantearme metas a mí también, pero siempre intento apuntar lo que puedo hacer, aquello que no me da pereza y que sé que no me va a causar después el sentimiento ése del no cumplimiento. En fin, igual es que me he vuelto más cómoda con los años o simplemente más práctica.
saludos

Jesús Cotta Lobato dijo...

Querido colega Juan Antonio: en realidad escribir en este sitio no es un propósito, me sale natural, es un gusto y no me lo tengo que proponer. Menos mal, porque, si no, las entradas serían mucho más malas. Gracias por leerme.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Querida yomisma: nos parecemos entonces en esto de los propósitos, sólo que tú eres más sensata. ¡Cuántas veces me he propuesto hacer deporte y luego no lo he conseguido! Así que ya no me lo propondré más. Un abrazo

Yo misma dijo...

Lo de los propósitos lo aprendí de un amigo que era idealista como yo y escribíamos y reescribíamos todo lo que se nos ocurría. Pero el tiempo me ha hecho más pausada, quizás también porque si me exijo demasiado luego tengo lo que llaman "ese puto sentimiento de culpa" si no lo cumplo ( perdón por lo de "puto" sólo acuño lo que a menudo dice un amigo mío).
En fin, que no me pido estrellas si al menos puedo alcanzar sus reflejos.
Un abrazo