domingo, 14 de septiembre de 2008

Los tiempos del adjetivo

Lo peor que se puede decir de una persona que quiere olvidar su pasado es definirla en presente por ese pasado. "Juana es ex novia del ministro". "Pepe es ex cura". Hay pasados que marcan para siempre.
Pensándolo bien, los adjetivos deberían tener tiempos, como los verbos. Viene uno, por ejemplo, de la playa y dice: "Soy blancado", lo que quiere decir: "Antes de ir a la playa, yo estaba blanquito porque lo son mis genes. Esta color renegrida que ahora luzco no es más que un mero accidente". Fijaos todo lo que se ahorra uno decir con el pasado de blanco.
La terminación del adjetivo futuro la podemos tomar del latín. Por ejemplo, "Yo soy morituro", lo cual no es un remoto futuro del tipo "Algún día moriré", sino "Llevo el germen de la muerte en todo mi ser; la muerte me acompaña a pesar de mi aparente lozanía".
En fin, ya me he puesto tétrico.

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