Cuando no puedo dormir, recito mentalmente poesías que me sé de memoria. Siempre es mejor que contar ovejas.
Me gustan especialmente las de san Juan de la Cruz. Es un poeta que asocio a la noche.
Lo malo es que las poesías no me duermen. Me abren los sentidos, me llenan la cabeza de imágenes, me despiertan. Pero las sigo prefiriendo a las ovejas.
La poesía la tengo en un altar. Es el único género que tengo prohibido leer en el excusado.
A veces he pensado aprenderme de memoria la Ilíada (diez versos al día, para que me dé tiempo antes de morirme) para luego recitarla en la cumbre de un monte, espada en mano y con mi melena al viento (la melena sería peluca, claro). De esa cumbre descenderé más alto, más guapo y más fuerte. Cosas de Homero.
7 comentarios:
Tus ocurrencias son para ponerte un piso. Me divierte pensar que te vas a una cima y vuelves con la melena al viento. lo de más alto o más guapo, me da igual, pero esa cabeza tuya llena de rizos.....¡Absalón!
Me apunto para escuchar el recitado junto a la colina, si me dejas.
Supongo que será en el griego original. Es lo suyo.
No estaría mal intentar algo de esto con los alumnos. Una vez lo hice con textos en latín y no fue mal. Claro que fragmentos breves.
Saludos.
yo me aprendí "Hactenus arvorum cultus et sidera caeli, nunc te bacche..." en fin, que me sacaba de atolladeros por la tontería de recitarlo jejeje.
Divertida la escena de la melena. Un abrazo!
Peor sería que descendiese de la cima con dos potencias tras la melena y con las tablas de la ley en la mano. Un abrazo
Por supuesto, la Ilíada la recitaré en griego, pero antes tengo que pasar por el gimnasio, porque ¿cómo sujetaré la espada en un brazo enclenque? Estáis todos invitados, antónimo, Lola y Yomisma. Ya tenemos coro. Un abrazo
Un milagro telúrico te permitirá blandir la espada "more Hectoris", tu héroe (y el mío).
Un beso.
Deberíamos fundar una sociedad de admiradores de Héctor. Seguro que nos juntábamos los mejores. Un beso
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