viernes, 19 de septiembre de 2008

Otra vez Teresa, mon amour


Si debiera haber algún icono feminista, debería ser Teresa. ¿Qué otra mujer ha habido en la historia que, sin dinero ni alcurnia, produjese una revolución tal en la visión de la mujer y que tuviese tanto poder sobre los varones de la época? Ni las feministas del XIX en Inglaterra se atrevieron a decir a favor de las mujeres lo que Teresa dijo en su época: que muchos padres se condenaban por tener hijos en vez de hijas, que los maridos no debían sujetar a su mujer y que bien hacía la mujer casándose con Dios y no con un hombre que muchas veces la acababa matando. Era su manera teológica y personal de condenar la violencia de género. Hoy eso es muy políticamente correcto, pero en su época era una auténtica provocación. Ella no lo decía por provocar, sino, sencillamente, porque era la verdad.
Dos eran las mordazas que la mujer sufría en su época: la honra y el varón. Las dos mordazas las rompe Teresa con gracia y contundencia. Al varón lo conoce bien. Tuvo siete hermanos varones que tuvieron muchos líos de faldas e hijos ilegítimos y todas esas desgracias no las sufrían ellos, sino ellas. En cuanto a la honra, ella se rebeló siempre contra esa estupidez de que tu valía dependiera de lo que dijesen de ti los demás, sobre todo teniendo en cuenta que la honra de la mujer era muchísimo más frágil que la del varón. Ella siempre critica esa negra honra que corta las alas e impide la acción. Siempre prefirió la virtud a la honra. Y se divierte pregonando sus defectos para librarse del amor a esa negra honra que le inculcaron de niña. De ella dijeron de todo, incluso que la vieron liada en un carro con su fraile favorito. Hoy las revistas del corazón no habrían dejado de acosarla. Y su desprecio por la honra tiene en su caso mucho más mérito que ahora, porque ahora una habladuría te puede hacer vender más discos, pero antes te llevaba a la Inquisición.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me entraña encontrar la expresión violencia de género en tu texto, después de haber leído tu otro texto sobre la diferencia entre el género gramatical y el sexo de las personas... ¿Se te ha coladola expresión (como a todos) por extendida, o no hay contradicción?

Jesús Cotta Lobato dijo...

Pues ya que me has pillado en un renuncio, voy a confesar la verdad: el texto que he colgado estaba destinado en principio a la prensa, que sí utiliza esa expresión que a mí no me gusta. Por tanto, confieso que la expresión no se me ha colado, sino que he traicionado mis principios para traducir Teresa al lenguaje actual. Hay, pues, contradicción, aunque consciente. Pero tienes razón. Debería haber dicho que santa Teresa siempre abominó de lo violentos que eran muchos hombres con las mujeres, en vez de decir que denunció la "violencia de género". Ya no cambio el texto, para que tu comentario siga teniendo sentido. Gracias, querido e inteligente anónimo.

Anónimo dijo...

Cotta hola!! Soy Eduvigis Díaz he sido alumna tuya hace 5 años en el instituto Cristobal de Monroy de Alcala de Guadaira, te acuerdas de mi? no lo creo... weno que entré en esta pagina buscando informacion del libro que escribiste porque mi padre te escuchó por la radio ayer (creo que en canalsur radio) y me preguntó que cual fue mi profe de filosofia porque le hablé de tí, y le dije, pues Jesus Cotta. Y me contestó mi padre: pues ha escrito un libro titulado "Teresa, mon amour" y aqui me puse a buscar algo sobre tí. Tengo ganas de saber de tí Jesus. Que ya no estas en el IES Cristobal de Monroy de Alcala de Guadaira. Yo ahora estoy en la Universidad de Sevilla estudiando Derecho. Y es que mi padre ahora está haciendo bachiller en el Monroy y dice que se aburre en Filosofia, y yo le dije: si te diera Cotta filosofia, no te aburririas!! jeje. Espero respuesta, mi correo es: la_duvi_alcala87@hotmail.com
Besitos!!!