miércoles, 24 de septiembre de 2008

Matanza de chivos


Cuando éramos niños, mi hermano Alfonso y yo nos metimos en la casa de un vecino del pueblo a jugar con unos chivos que tenía. Eran las criaturas más tiernas y cariñosas que recuerdo. Pero tuvimos la mala fortuna de que ese día era la matanza y entre dos hombres iban sacando a cada chivo del corral y lo degollaban en nuestra presencia. Los chivos chillan cuando los degüellan y los que quedan vivos se dan cuenta de lo que les espera y se te abrazan desesperados, claman a Dios con sus berridos. Mi hermano y yo no hacíamos más que llorar a cántaros y les pegábamos a esos hombres crueles. Y los hombres se reían de nuestros melindres con esos animales que les daban de comer. Ellos no podían permitirse el lujo de ser compasivos.
A mí me dan una pena enorme todavía esos chivos que ya no existen. La matanza que Herodes hizo de los inocentes debió ser parecida a lo que yo viví. Un niño ofrece casi la misma resistencia que un chivo. Sin embargo, no me gusta que la gente considere a los animales tan dignos como las personas, porque con ello no salvamos a los chivos de la matanza, sino que más bien la matanza de niños se convierte en algo igual de grave que la matanza de chivos y si son igualmente graves, ¿por qué no matar niños igual que matamos chivos? Eso mismo debió pensar Herodes.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Jesús, ese pensamiento tuyo es el que necesitan los antitaurinos. Justamente.Aunque no disfrutas de la matanza de animales, sino todo lo contario, no es comparable un animal a una persona.Aceptamos el sacrificio de un animal por diferentes motivos, pero nunca el sacrificio humano. Gracias poe tu lucidez.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Creo además, querido antónimo, que la fiesta de los toros contribuye a mantener esa separación entre hombres y animales que algunos ecologistas, reclamando derechos animales, se empeñan en eliminar. Los animales merecen nuestra compasión, pero los derechos son sólo humanos. Un abrazo

Anónimo dijo...

"los derechos son sólo humanos"

Estoy de acuerdo, los animales no se pueden comparar a las personas, pero para mantener esa diferencia no es necesario matar a 6 toros cada tarde para que unos adinerados se lo pasen bien. Un toro no tiene derecho a un abogado ni cosas así, pero no por ser el hombre superior al animal se puede permitir la frivolidad de matarlo porque sí, porque es un animal y está por debajo. Es algo que no concibo.

Un saludo

Anónimo dijo...

Me he quedado sobrecogida y turbada entre los balidos de los chivos de tu infancia.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Al doctor Bito sólo les puedo decir que entiendo y comparte lo que él dice. Además, a mí no me gustan los toros. Pero no estoy de acuerdo en que sean una frivolidad. No se hace por diversión. Hay algo más.
A Lola le quiero decir que ese día descubrí que gran parte del bienestar humano está basado en el sufrimiento masivo de los animales. Un abrazo

Anónimo dijo...

"no es necesario matar a 6 toros cada tarde para que unos adinerados se lo pasen bien", pero sí para que unos pobres banderilleros y sus familias, lleguen a fin de mes, recaemos en la compasión por el animal y no en el oficio duro de jugarse la vida.

José María Jurado

Jesús Cotta Lobato dijo...

Creo que José María Jurado ha dado en la tecla.

Anónimo dijo...

Sin ánimo de ofender, pero, vaya tecla en la que ha dado.
Puestos así, un sicario, un matón a sueldo, tambien serán bien vistos ¿no? los pobres solo matan para cobrar y llegar a fin de mes.

Nadie se mete a torero si no tiene trabajo, es vocacional, gusta la sangre; trabajo hay de muchas clases.

Estoy harto de esa visión de héroe que se les da a los toreros, nedie los obliga, ellos mismos son los que se quieren poner ahí; si se juegan la vida es porque quieren, para mí no dejan de ser temerarios, en ningún caso héroes. O quiere usted comparar, querido Jesús, a Héctor con Francisco Rivera?

Un saludo

Jesús Cotta Lobato dijo...

Querido doctor Bito, aun a riesgo de decepcionarle, he programado para mañana una entrada a este respecto. Quiero que sepa que me conmueve el sufrimiento de los animales, pero yo preferiría ser vegetariano para que no muriera por mi culpa ningún animal a que desapareciera la fiesta de los toros. Un abrazo

José María JURADO dijo...

Si la referencia es Rivera, mal vamos. Hablemos de Morante de la Puebla y podremos compararlo no con Héctor sino con el mismo Aquiles. Además he dicho "banderillero", esto es, el torero que por falta de fortuna o arte, se quedó en el camino de subalterno. Puestos así acabremos comparando al toro con Patroclo.