sábado, 13 de septiembre de 2008

Besar con los ojos abiertos

Me acaba de llegar uno de esos correos que te amenazan con todo tipo de infortunios si no lo reenvías. El correo está plagado de consejos hindúes. Lo de ser hindúes es muy importante, porque si fuesen del padre de un amigo o de la estanquera, les haríamos menos caso, aunque fuesen mucho más sabios y acertados. A mí me dan un poco de risa esos consejos generales que no hay manera de aplicar, del tipo "Nunca mires hacia atrás, porque entonces tropezarás con las piedras". Y todos se me olvidan en cuanto los leo. Pero había un consejo hindú del que sí me acuerdo, porque no era nada general, sino muy concreto:

"No te fíes de quien te dé dos besos con los ojos abiertos"

Analicémoslo:
1. Quien da el consejo no es de fiar, porque, mientras alguien lo besaba con los ojos abiertos, él los tuvo que tener también abiertos para comprobarlo.
2. Si no es de fiar, no hay que hacer caso de su consejo.
3. Un beso a ojo cerrado es, supuestamente, un beso sincero, de mano tendida, profundísimo del alma. Pero cuando hay que besar a todas las compañeras de trabajo tras el verano o a todas las primas en una boda, ¿tendrá uno suficiente afecto en el alma para que cada beso sea una purísima ofrenda de ojos cerrados?

En fin, que los consejos, cuando te los dan con fondo de música y de flores, cuelan, pero en frío sólo se salvan dos o tres.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando uno vuelve del verano y debe besar a sus compañeras de trabajo, es mejor hacerlo con los ojos abiertos, porque si no puedes besar donde no es.

Los ojos cerrados para la novia o para la esposa, que pille donde pille el beso, bien dado estará.

Anónimo dijo...

¡Anda, que las luces 'delenmano' mayor!

Y esas luces ¿son las mismas que las del siglo de las luces? (me refiero a la etimología de la palabra)

Jesús Cotta Lobato dijo...

El comentario del primer anónimo me parece muchísimo más sabio que el supuesto consejo hindú. Además, puede ocurrir que uno abra los ojos al besar porque quiere disfrutar visualmente de lo que besa. En cuanto a las luces, nunca me gustaron las supuestas luces de los ilustrados. ¿Acaso antes de ellos vivían a oscuras? Os recomiendo Los siglos de la luz, de Rivero Taravillo: fueron muchos siglos con luz antes de ese supuesto único siglo con muchas luces. Un abrazo